Jorge de Lima, 1893-1953

Jorge Mateus de Lima, conocido como Jorge de Lima, nació el 23 de abril de 1893, en Río de Janeiro (Brasil), y falleció el 15 de noviembre de 1953. Destacó como escritor, poeta, pintor, político y médico.

En 1909, con apenas 16 años, se marchó de Maceió, donde había estado viviendo desde 1902, al Salvador, para estudiar medicina. Tras licenciarse, volvió a Brasil, a Río de Janeiro, y publicó su primer libro XIV Alexandrinos, por el que recibió el título de “Príncipe de los poetas de Alagoas”. Tras esto, volvió a Maceió en 1915 para dedicarse a la medicina, la literatura y la política.

Luego de la Revolución de 1930, un golpe de estado liderado por los estados de Minas Gerais y Río Grande del Sur, Jorge de Lima se trasladó a Río de Janeiro para establecer un centro médico en Cinelândia, la Plaza Floriano. Esta plaza, a principios del siglo XX concentró gran parte de la vida política y cultural de Brasil, con una serie de edificios monumentales dedicados al teatro, al arte y la educación. El centro médico de Mateus con el tiempo se convirtió también en un taller de pintura y escultura al que acudían intelectuales como Murilo Mendes, Graciliano Ramos y José Lins do Rego.

Se le recuerda como unos de los poetas más importantes de Brasil. La composición de su poesía compuesta originalmente en formato alejandrino, evolucionaría a un estilo modernista. Un hecho significativo que también definió su obra poética, fue su conversión al catolicismo en 1935.

Como político, fue miembro de la Asamblea Legislativa de Alagoas de 1918 a 1922, en 1926. Jorge de Lima también llegó a diputado estatal, y a edil en 1946.

En 1952, Jorge de Lima publicó el poema Invenção de Orfeu (Invención de Orfeo), una de las obras más importantes de la lírica brasileña. Un año después falleció a la edad de 60 años.

Recordamos a Jorge de Lima con dos de sus poesías y una dedicatoria al Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

TRECE DIAS A CAMINO DEL DESIERTO

La cabellera de las nebulosas había emblanquecido,
ninguna estrella temporaria existía más en el catálogo general de las constelaciones,
una comprensión unánime envolvía la tierra, de oriente a occidente.
Entonces, en el desierto, donde nunca medrara simiente,
nacieron flores jamás vistas, que las Virtudes
o las Potestades habían sembrado.
Y, como el perfume y el polen fuesen traídos por el viento hasta los pueblos de las playas del mar,
en el primer día,
las abejas y los escarabajos dorados habían emigrado para allá;
y, en el segundo, los pájaros-moscas transportaron sus nidos
a camino del desierto;
y, en el tercero, pastores, magos y jardines se juntaron,
y, en el cuarto y quinto, el cortejo era inmenso y más numeroso que las estrellas del cielo;
y venían en él mujeres de cabello suelto y de senos fecundos,
y otras, ya fecundadas, que iban a fin de que sus hijos naciesen puros bajo el polen sagrado;
e iban millares de vírgenes que habían sentido desde lejos
la presencia de las flores, y querían dormir junto a ellas para despertar más lindas;
El hálito de la gran masa era tan poderoso que producía las mareas, la oscilación de las palmeras la caricia de las brisas,
y cuando llegaba a las orillas del mar, las olas se entreabrían y el cortejo pasaba;
en el sexto día, la tierra se agrietó y millones de cabezas decapitadas se incorporaron al desfile,
y esas cabezas, que pertenecieron a grandes alucinados y a grandes precursores, conservaban delante de ellas visiones nunca vistas y muchas cosas que apenas comenzaban a nacer;
y después de las cabezas venía la nación de los videntes, de los tocantes y de los oyentes,
viendo, tocando y oyendo seres que no vemos,
pensamientos envueltos de nubes,
y gritos que se interrumpieron desde las primeras generaciones;
ruedas de fuegos de artificio distribuían mensajes y alimento a los hombres de buena voluntad,
grandes águilas lentamente volaban sobre la procesión llevando amazonas doncellas
o dejando quietas las alas para dar sombra a los cansados;
en el séptimo día, el cortejo pasó a través de grandes cascadas, y niñas de largas trenzas se juntaron a los nuestros,
cantando y danzando bajo un bello arco iris;
y en el octavo día, grandes máquinas redimidas de los crímenes en que fueron cómplices de los hombres,
automáticamente rodaban cubiertas de flores, obedientes y mudas;
muchos perfumistas avergonzados y orgullosos ingerían venenos de plantas;
y serpientes verdes de los bosques vírgenes y de las aguas nunca alumbradas, se arrollaban a las cinturas de las doncellas o les adornaban los tobillos y los cuellos para ir también hacia el desierto;
y en el noveno día, hortelanos plantadores de mirra, de cinamomo, y fabricantes de bálsamos sagrados, nos buscaron tan ávidos que no vieron al rey que quedó solitario en su trono
porque todas las mujeres y favoritas
y donceles y eunucos y doncellas del harén habían venido
con nosotros, con sus candiles y sus adornos;
y muchos generales quedaron sin comando porque las tropas los abandonaron por el gran cortejo;
a la menor señal de los conductores de las tribus,
codornices y otros manjares
bajaban sobre la multitud.
Y no había tiempo para armar las tiendas,
y acampar el varón con su amada,
pues al segundo toque de trompeta
las noches se disipaban y las profecías
eran accesibles a todos;
en el décimo día, ordenamos que se abriesen pozos
junto a los labios de todos los sedientos
y que viniesen los náufragos a aumentar el cortejo;
y en el undécimo: “i venid, pájaros, a cantar en nuestras madrugadas!
y júntense las aguas madres y sepárense de nuevo
de las aguas del diluvio y nos acompañen también para el desierto”;
y en el duodécimo, vio Dios que todo era bueno;
y en el décimo-tercero toda la infinita multitud divisó,
al subir la montaña desde la que se avista el desierto,
que el poeta iba en la frente, conduciendo su pueblo.
Y a la sombra de las grandes flores
los hombres crecieron y se multiplicaron;
y el resto del mundo estaba vacío y vano
y era como el antiguo desierto.

EL POETA QUE DENTRO DE VOS DUERME

Él poseía largas manos
y ojos acariciadores.
Él era duro, áspero y triste
y algunas veces dichosísimo.
Si alguien lo mirase de cerca
ciertamente que vería
que venía de muy lejos
y que había lunas extintas
esparcidas por su cuerpo.
Él era puro como un niño
y sabio como un profeta;
más ligero que cualquier flecha
iba de un siglo a otro siglo.
Y a través de las cosas veía;
mas rápido se enternecía
pues era la vida que adivinaba
con sus desastres sucesivos.
Él se acordaba de cuando
dormía en los tiempos sin fin.
En sus manos existía
un halo que se ignoraba
si era celeste o infernal.
Y sus espaldas poseían
el ruido de alas que vuelan.
Sufría mucho el ser extraño
con la iniquidad de los hermanos,
con la opacidad de los hombres.
El mundo era muy lento
para sus pasos de gigante.
Muchas mujeres lo escarnecieron,
pues no escuchaba sus llamadas
si eran sucios sus apelos.
A nadie este hombre temía;
sólo de sí tenía miedo
y a los seres que en él vivían
y a los túmulos que en él había.
Cuando la mano en un hombre posaba
este hombre se retraía;
sólo quedaban los huesos,
pues lo demás él comía
con su memoria legendaria,
con su pura inteligencia.
Le placía ir todas las tardes
a andar por las playas del mar;
hablaba con las algas y las conchas
e iba a dormir en la pleamar
acunado en las móviles aguas.
Sus mareas eran diversas,
su sombra iba a los desiertos.
Él había llegado antes,
antes de ser creado el mundo:
era un ser duplo, triple, cuádruplo,
era sin tiempo y sin espacio,
y al mismo tiempo realísimo.
En las florestas negras e inmensas
andaba,vagabundo, muchas veces.
Varias princesas lo llamaron:
llegó siempre a ellas procurando
el ser ideal que imaginó.
Y no hallándolo nunca en el mundo
reposa, reposa, reposa
dentro de cada uno de nos.

Poemas (1927). Río de Janeiro: Gráficas del Norte.

A Vicente Lombardo Toledano, con mi más alto aprecio. (Firmado) Jorge de Lima, 27-9-39.

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Catálogo bibliotecario en línea
Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

OBRA

Poesía

  • XIV Alexandrinos (1914)
  • O Mundo do Menino Imposible (1925)
  • Poemas (1927)
  • Novos Poemas (1929)
  • O acendedor de lampiões (1932)
  • Tempo y Eternidade (1935)
  • A Túnica Inconsútil (1938)
  • Anunciação y encontro de Mira-Celi (1943)
  • Poemas Negros (1947)
  • Livro de Sonetos (1949)
  • Obra Poética (1950)
  • Invenção de Orfeo (1952)

Novela

  • Salomão e as Mulheres (1927)
  • O anjo (1934)
  • Colunga (1935)
  • A mulher obscura (1939)
  • Guerra dentro do beco (1950)

Ensayo

  • A Comédia dos Erros (1923)
  • Dois Ensaios: Proust e Todos Cantam sua Terra (1929)
  • Anchieta (1934)
  • História da Terra e da Humanidade (1937)
  • Vida de São Francisco de Assis (1942)
  • Vital (1945)
  • Vida de Santo Antonio (1947)

Artículo escrito por el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava en colaboración con los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos.


Ramón Guirao, 1908 – 1949

Ramón Guirao nació el 11 de octubre de 1908, en Pinar del Río (Cuba), y falleció el 17 de abril de 1949. Destacó como poeta, siendo uno de los primeros en escribir poesía sobre el tema negro. Una de sus primeras obras negristas fue Bongó.

Sus primeros escritos datan de 1928, cuando publicó para el Diario de La Marina el poema La bailadora de rumba. Otras obras con las que destacó el autor fueron Poemas negros y Órbita de la poesía afrocubana. Dejó inéditos los poemarios Cuadrante y Seguro secreto.

Como periodista, Guirao colaboró con la Revista Avance, Alerta, La Prensa, Orbe, Carteles, Social, Línea, Revista Bimestre Cubana, Bohemia, Espuela de Plata, Verbum y Orígenes. En 1937, llegó a jefe de redacción de la revista Grafos gracias a que ganó el premio nacional de ensayo de tema cubano del Concurso de la Secretaría de Educación.

Ramón Guirao también fue uno de los fundadores de la Sociedad de Estudios Afrocubanos.

Recordamos a Ramón Guirao con seis de sus poesías y una dedicatoria al Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

BAILADORA DE RUMBA

Bailadora de guaguancó,
piel negra,
tersura de bongó.
Agita la maraca de su risa
con los dedos de leche
de sus dientes.
Pañuelo rojo
—seda—,
bata blanca
—almidón—,
recorren el trayecto
de una cuerda
en un ritmo afrocubano
de

guitarra,
clave
y cajón.

«¡Arriba, María Antonia,
alabao sea Dió!»
Las serpientes de sus brazos
van soltando las cuentas
de un collar de jabón.

Diario de la Marina, abril 8 de 1928.

ESTAMPA DE SAN LAZARO

Este día de San Lázaro
tiene olor a estampas viejas,
a cirios y llagas frescas.
Ruedan alegres de aire
sonidos de cueros secos,
mil Locas están hablando
de ron, sudor y monedas.
Mil corazones latiendo.
Mil pies arañan el suelo
y otros mil lo pulen luego.
¡Cómo bailan sus trompos
redondos las caderas!
¡San Lázaro pide vela!

Alboroto de camisas,
banderas de callejón,
los negros están soñando
lentos caminos de son.
De negro es la sombra
que enciende el altar,
saluda y se vuelve a sentar.
De negro es la sombra
que entra, que sale,
que «traga», canta y se va.
Negro que «etá claro y sabe
ata adonde pué yegá».

Este día de San Lázaro
tiene olor a estampas viejas,
a cirios y llagas frescas.
¡Cómo sienten los vecinos
negras cosquillas de cuerdas!

1928.

CANTO NEGRO DE RONDA
Para Raulín Blanco

¡Quiquiriquíii!

Los caminos
de alas grises
en el Oriente
se esconden
sin preguntas
de haciadónde.

¡Quiquiriquíii!

—¡Jongolojongo
del Rey Congo,
mi puchunguito:
quita manito,
cabesa e guayo,
que la gayo
ba pica a tí!

¡Quiquiriquíii!

—¡Ba pica a tí, nengrito!
Quiquiriquíii,
conguito,
quiquiriquíiii.
¡Babalú pa mí!

—¡Jongolojongo
del nengricongo!
¡Babayú-ayé !
La gayo se fué.
¡Babayú-ayé!
La gayo se fué.

1931 (inédito).

E NEGRO ETA BASILON
A Eusebia Cosme

Pique, repique e bongó,
repique, pique e bongó,
que e negro etá basilón.

—¿Meto mano o piro?
Quiero guaguancó
y una sintura que siga
e pasiyo que doy yo.

Pique, repique e bongó,
que e negro etá basilón.
—Se dio un codcorrón de grifa
y no sabe, cheche,
lo chébere que soy yo.
Pa ebitá la bronca, toca;
no tengo arriba la fioca.

Pique, repique e bongó,
repique, pique e bongó,
que e negro etá basilón.

Se mueve un ciclo de bembas
sobre una esfera de sol:
mitad sombra, mitad ron.
En las Antillas Mayores
un son, a lágrima viva,
llora llorando sudor.

—¡Quiero guaguancó
y una sintura que siga
e pasiyo que doy yo!

Pique, repique e bongó
que e negro etá basilón…

1933

 DECIMAS
Para Alberto Delgado Montejo1
Porque al ritmo de la conga
se muevan nubes de nalgas:
pez vivo bajo las algas…
¡Asunción, Niña Bitonga,
Remigio André, Pepe Longa !
Plateado cristal quebrado,
gallo y plumas, desplumado,
sin redoble de atabales.
Santo negro de los males
por el aire, desalado…2
Muerte ya tan cerca y sola:
que no hable Tula de changa
con risa de Ña Bundanga,
envuelto en flecos de ola
su vientre de caracola.
Que sí, dijo la culebra
al golpe que no la quiebra.
Que no, dijo la matamba,
pasito a paso de zamba.
¡Ñata, yamba, ñeque, yebra!…3
Cera amarilla de altares,
jengibre y escoba amarga
cuando la sombra se alarga
tostada sobre los mares.
Filo mellado de ijares,
canto nuevo bajo el ala;
el dolor todo lo iguala
en las cuerdas de mi tres.
¡Sin voz, pero del revés,
llanto de la vida mala!SEXTETO
A Fernando García Mora, maestro impresor.1 (guitarratres)
Boca, lágrima, madera,
cuerda de acero y espina
al dedo que no te afina
clavándose en tu cadera.
Amante de larga espera,
espera larga de amante.
Jacinto, nata, flamante
galope de cal y plata,
diapasón de agua escarlata
para mi sangre quemante.2 (maracas)

Quien por el aire te ve,
china furiosa de fibra,
revuelo de mangas vibra
en ademán que yo sé…
Aquí dentro te clavé,
por dolorosa empuñada,
fruta de mano morada.
Nueva pared para el tope:
al ritmo de tu galope
vieja canción recordada.

3
(bongó)

Que no te escuche el rumbero
caliente de llama entera,
que dentro de ti no muera
el látigo del negrero.
Cara y cruz, tú, bongosero:
risa blanca y piel morena
cuando mi cuero resuena
la bóveda de tu mano.
El blanco repita: hermano,
brazo a brazo, voz serena.

(clave)
Cerca de mí, contra el viento,
la tibia garganta sabe
la negra voz de la clave.
Detrás de mí, sin lamento,
la guitarra, por momento,
se queda desamparada;
ceñida no, desligada
del seco llanto de cruz
que a gotas hiere de luz
la larga bata rosada.

(contrabajo)
Si aquí la fama derrama
virutas sobre tu caja,
sencilla fue la mortaja:
polvo, sombra, seca rama.
Oculta mano de grama
resbala por tu cordaje.
Hoy, olvidando moblaje
en casa del cumbanchero;
con plata no, sin dinero,
pero con mucho coraje.

(cornetín)
Llaves, caracol de cobre
en el azul trompetero,
hacia lo alto viajero
en espera que te nombre,
con ansias de lo que sobre
para tu gloria futura.
Cornavoz de punta dura
clavado en el firmamento
del son, imagen del viento
en fijo salto de miura.

1936

 

 

 

 

 

Carátula del libro Órbita de la poesía afrocubana, 1928-37 (Antología). La Habana: Ucar, García, 1938.
Órbita de la poesía afrocubana, 1928-37 (Antología). La Habana: Ucar, García, 1938.

A Vicente Lombardo Toledano con un afectuoso saludo Ramón Guirao, 1938.

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Catálogo bibliotecario en línea
Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Artículo escrito por el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava en colaboración con los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos.


 

Jaime Torres Bodet, 1902-1974

Fotografía de Jaime Torres Bodet

Jaime Torres Bodet, originario de Barcelona (España), nació fruto del matrimonio de Alejandro Torres Girbent y Emilia Bodet, el 17 de abril de 1902, en la Ciudad de México, donde cometió suicidio el 13 de mayo de 1974. Apodado como Celuloide y Sube y Baja, compartió el seudónimo de Marcial Rojas con Bernardo Ortiz de Montellano. Destacó como diplomático, escritor, ensayista y poeta mexicano, llegando a pertenecer al grupo de Los Contemporáneos.

Banner comentario de apoyoEstudió primaria en la escuela Normal de Maestros, donde se graduó a la edad de 11 años. Tras esto ingresó en las Escuela Nacional de Preparatoria, terminando el bachillerato a la edad de 15 años. Estudió la carrera de Filosofía y Letras en la Facultad de Jurisprudencia y en la de Altos Estudios de la Universidad Nacional de México. Fue secretario de José Vasconcelos en 1921, y de Bernardo Gastélum. También fue director del Departamento de Bibliotecas de la Secretaría de Educación Publica de 1922 a 1942, secretario de Salubridad en 1925 y profesor de literatura francesa en la Escuela de Altos Estudios de 1925 a 1929.

Jaime Mario Torres Bodet, fue alentado en la escritura de la poesía por Enrique Pérez Granados, entre otros, quien eligió uno de sus versos como ejemplo de la exaltación de un estado de alma decadentista[1]. Esto sucedió cuando Bodet tenía apenas doce años, lo que le serviría para destacarse como poeta en posteriores años. Publicó sus primeros poemas en el periódico El Pueblo (1916), en 1917 publicó una poesía para revista Pegaso: A través de la onda, y en 1918, a la edad de 16 años, publicó su primer libro de poesía: Fervor (1918).

Tras su reconocimiento poético, entabló amistad con Carlos Pellicer y José Gorostiza, entrando a formar parte del grupo de los Contemporáneos. Dirigió, junto con Eduardo Ortiz de Montellano, la revista Falange, centrada en recoger textos mexicanos que sirvieran como enlace entre culturas, colaboró con la revista Ulises de 1927 a 1928 y dirigió la revista Contemporáneos de 1928 a 1931. Se relacionó con las generación del 27 gracias a su amistad con Benjamín Jarnés, cuando colaboró con la Revista de Occidente de 1929 a 1931.

En 1960, Jaime Torres Bodet había publicado 15 libros de poesía. Su obra poética comprende dos periodos marcados por su estilo. De 1916 a 1930, Bodet se caracterizó por un estilo anacrónico, definido por una estructura simétrica y clásica. De 1930 a 1971, Bodet escribiría mezclando su estilo anacrónico con el estilo vigente. Fue en este último periodo cuando Bodet alcanzó su máximo reconocimiento como poeta.

Jaime Torres Bodet, también destacó como diplomático, llegando a director general de la UNESCO de 1948 a 1952, donde se caracterizó por el desarrollo de las relaciones exteriores durante los inicios de la Guerra Fría. También fue Presidente de la Academia Mexicana de Derecho Internacional y embajador de México en Francia de 1954 a 1958.

Otro hecho destacable de la vida de Bodet, fue su preocupación por la alfabetización, lo que le llevó a ser Secretario de Educación Pública de 1943 a 1946, y de 1958 a 1964, impulsando el Plan de Once Años para la Extensión y el Mejoramiento de la Enseñanza Primaria, Fundó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, entregando los primeros libros gratuitos en 1960.​ Impulsó la construcción del Museo Nacional de Antropología y del Museo de Arte Moderno. También impulsó la construcción de numerosas escuelas, entre las que destacan la Escuela Normal para Maestros, la Escuela Normal Superior, el Conservatorio Nacional y la unidad profesional de Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional, inaugurada en 1964.

‹‹Estos son un regalo del pueblo de México para el pueblo de México››. Palabras de Bodet en la entrega de los libros de texto gratuitos en 1960.

Recordamos a Jaime Torres Bodet con ocho de sus poesías y dos de sus dedicatorias al Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

POESÍAS

AGOSTO

Va a llover… Lo ha dicho al césped
el canto fresco del río;
el viento lo ha dicho al bosque
y el bosque al viento y al río.

Va a llover… Crujen las ramas
y huele a sombra en los pinos.

Naufraga en verde el paisaje.
Pasan pájaros perdidos.

Va a llover… Ya el cielo empieza
a madurar en el fondo
de tus ojos pensativos.

LA PRIMAVERA DE LA ALDEA

La primavera de la aldea
bajó esta tarde a la ciudad,
con su cara de niña fea
y su vestido de percal.
Traía nidos en las manos
y le temblaba el corazón
como en los últimos manzanos
el trino del primer gorrión.

A la ciudad la primavera
trajo del campo un suave olor
en las tinas de la lechera
y las jarras del aguador…

PATRIA

Esta piedad profunda es tierra mía. 

Aquí, si avanzo, lo que toco es patria:
presencia donde siento a cada instante
el acuerdo del cuerpo con el alma.

Esta voz es mi voz. Pero la escucho
en bocas diferentes. Y aunque nada
de cuanto dice pueda sorprenderme,
oírla me cautiva porque canta
en ella un corazón siempre distinto
que nos lo explica todo sin palabras.

Aquí, si avanzo, el mundo se detiene.
Todo es verdad primera y espontánea:
¡día, hasta fallecer, hecho de aurora!
¡vida, hasta concluir, hecha de infancia!

PAZ

No nos diremos nada. Cerraremos las puertas.
Deshojaremos rosas sobre el lecho vacío
y besaré, en el hueco de tus manos abiertas.
la dulzura del mundo, que se va, como un río…

RÍO

¡Río en el amanecer!
¡Agua en tus ojos claros!
Caer —¡subir!— en lo azul
transparente, casi blanco.

Cielo en el río del alba
—mi amor en tus ojos vagos—
oh, naufragar —¡ascender!—
¡siempre más hondo! ¡Más alto!
…Río en el amanecer…

AMBICIÓN

Nada más, Poesía:
la más alta clemencia
está en la flor sombría
que da toda su esencia.

No busques otra cosa.
¡Corta, abrevia, resume;
no quieras que la rosa
dé más que su perfume!

CIVILIZACIÓN 

Un hombre muere en mí siempre que un hombre
muere en cualquier lugar, asesinado
por el miedo y la prisa de otros hombres.

Un hombre como yo; durante meses
en las entrañas de una madre oculto;
nacido, como yo,
entre esperanzas y entre lágrimas,
y —como yo— feliz de haber sufrido,
triste de haber gozado,
Hecho de sangre y sal y tiempo y sueño.

Un hombre que anheló ser más que un hombre
y que, de pronto, un día comprendió
el valor que tendría la existencia
si todos cuantos viven
fuesen, en realidad, hombres enhiestos,
capaces de legar sin amargura
lo que todos dejamos
a los próximos hombres:
El amor, las mujeres, los crepúsculos,
la luna, el mar, el sol, las sementeras,
el frío de la piña rebanada
sobre el plato de laca de un otoño,
el alba de unos ojos,
el litoral de una sonrisa
y, en todo lo que viene y lo que pasa,
el ansia de encontrar
la dimensión de una verdad completa.

Un hombre muere en mí siempre que en Asia,
o en la margen de un río
de África o de América,
o en el jardín de una ciudad de Europa,
Una bala de hombre mata a un hombre.

Y su muerte deshace
todo lo que pensé haber levantado
en mí sobre sillares permanentes:
La confianza en mis héroes,
mi afición a callar bajo los pinos,
el orgullo que tuve de ser hombre
al oír —en Platón— morir a Sócrates,
y hasta el sabor del agua, y hasta el claro
júbilo de saber
que dos y dos son cuatro…

Porque de nuevo todo es puesto en duda,
todo se interroga de nuevo
y deja mil preguntas sin respuesta
en la hora en que el hombre
penetra —a mano armada—
en la vida indefensa de otros hombres.
súbitamente arteras,
las raíces del ser nos estrangulan.

Y nada está seguro de sí mismo
—ni en la semilla en germén,
ni en la aurora la alondra,
ni en la roca el diamante,
ni en la compacta oscuridad la estrella,
¡cuando hay hombres que amasan
el pan de su victoria
con el polvo sangriento de otros hombres!

NUNCA

Nunca me cansará mi oficio de hombre.
Hombre he sido y seré mientras exista.
Hombre no más: proyecto entre proyectos,
boca sedienta al cántaro adherida,
pies inseguros sobre el polvo ardiente,
espíritu y materia vulnerables
a todos los oprobios y las dichas…

Nunca me sentiré rey destronado
ni ángel abolido mientras viva,
sino aprendiz de hombre eternamente,
hombre con los que van por las colinas
hacia el jardín que siempre los repudia
hobre con los que buscan entre escombros
la verdad necesaria y prohibida,
hombre entre los que labran con sus manos
lo que jamás hereda un alma digna,
¡porque de todo cuanto el hombre ha hecho
la sola herencia digna de los hombres
es el derecho de inventar su vida!

Carátula y dedicatoria del libro Discursos: 1941-1964. Torres Bodet. México: Porrúa, 1965.
Torres Bodet, Jaime. Discursos: 1941-1964. México: Porrúa, 1965.

A Vicente Lombardo Toledano, que ha luchado tan esforzadamente en defensa de muchos de los principios invocados en estos textos. Su amigo (firmado) Torres Bodet.

Carátula del libro Tolstoi: su vida y su obra. México: Porrúa, 1965. de Torres Bodet
Torres Bodet, Jaime. León Tolstoi: su vida y su obra. México: Porrúa, 1965.

A Vicente Lombardo Toledano, con más de 47 años de amistad y sincero aprecio. Su amigo (firmado) Torres Bodet. México, D. f. Octubre de 1965.

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

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Poesía

  • Poemas juveniles (1916-1917)
  • Fervor (1918)
  • Canciones (1922)
  • El corazón delirante (1922)
  • Nuevas canciones (1923)
  • La casa (1923)
  • Los días (1923)
  • Poemas (1924)
  • Biombo (1925)
  • Destierro (1930)
  • Cripta (1937)
  • Sonetos (1949)
  • Fronteras (1954)
  • Sin tregua (1957)
  • Trébol de cuatro hojas (1958)
  • Poemas recientes (1965-1966)

Narrativa

  • Margarita de niebla (1927)
  • La educación sentimental (1929)
  • Proserpina rescatada (1931)
  • Estrella de día (1933)
  • Primero de enero (1934)
  • Sombras (1935)
  • Nacimiento de Venus y otros relatos (1941)

Ensayos

  • Lecturas clásicas para niños (1925)
  • Contemporáneos (1928)
  • Coordinación interamericana (1941)
  • Misión del escritor (1942)
  • Mensaje a la juventud (1944)
  • Educación y concordia internacional (1948)
  • La misión de la UNESCO (1949)

Autobiografía

  • Tiempo de arena (1955)
  • Artículos publicados
  • Muerte de Proserpina, en Revista de Occidente, 1930.

Otros títulos

  • Balzac (1959)
  • Memorias (cinco volúmenes) (1961)
  • Tolstoi (1965)
  • Rubén Darío (1966), Premio Mazatlán de Literatura 1968
  • Proust (1967)

Artículo escrito por el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava en colaboración con los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos.


[1] Torres Bodet, Jaime (1967). «Noticia biográfica». Obra poética. Porrúa. pp. 30-32.

Alfonso Espriú Herrera, 1909-1962

Fotografía de Alfonso Espriú dando una conferencia

Alfonso Espriú Herrera nació en la Ciudad de México, el 11 de febrero de 1909, y falleció en esta misma ciudad el 17 de abril de 1962. Fue un importante poeta, autor lírico y escritor de canciones. Realizó varias giras artísticas en Cuba y Argentina, donde su primo el Dr. Alfonso Ortiz Tirado, las hermanitas Águila y José Mojica interpretaron sus canciones. También acompañaron sus versos con música Miguel Prado, Alfonso Esparza Oteo, Gonzalo Curiel, José Sabre Marroquín y Pedro Vargas, entre muchos otros. Entre sus canciones destacan Dime que sí, Siempre viva, Visión, Sorpresa, Temor, Dime, Calla Tristeza, Anoche, Mañanita fría, Temor y Caminos de ayer. De todas ellas, Dime que sí posiblemente es la más famosa, puesto que ha pasado a ser una de las canciones populares mexicanas con mayor trascendencia y proyección internacional, conocida en toda Latinoamérica, y a la que puso voz y música Alfonso Esparza Oteo. A Alfonso Espriú, también se le reconoce como a uno de los intelectuales fundadores de la XEW, “La voz de la América Latina desde México”.

Recordamos a Alfonso Espriú con la interpretación y la letra de Dime que sí, su poesía Adiós… viejo edificio, su conferencia Alegría de ser mexicano, y una dedicatoria a Vicente Lombardo Toledano.

DIME QUE SI

Dicen que tú no me quieres,
Quiero escucharlo de ti,
Si tienes otros quereres
Quiero saberlo por ti.

Cuentan que en tu cara morena
Tiemblan otros besos de amor
Nada me importa la vida
Sabiéndote ajena,

Diles que mienten que nunca
Tendrás otro amor.

Deja que mis labios te nombren
Quedo como se nombra a Dios.

Dime que si y un pedazo de cielo tendré
Y si tú me lo pides
Mi cielo y mi vida también te daré.

Leer poema completo Adiós… viejo edificio.

Dedicatoria de Alfonso Espriú a Vicente Lombardo

Espriú, Alfonso. Adiós… Viejo edificio: poema imperfecto en tres estrofas y un exordio. México: The Old Guard, 1950.

Con mi antigua y renovada admiración, al Lic Vicente Lombardo Toledano, insigne soldado de la paz.
Nov – 20 – 50 (1950) Firma de Alfonso Espriú

Leer conferencia completa Alegría de ser mexicano.

Dedicatoria

Espriú, Alfonso. Alegría de ser mexicano. [s.l.]: [s.n.], 1949.

Al Lic. Vicente Lombardo Toledano, quién justifica con su vida ejemplar, la alegría de ser mexicano.
Nov – 17 -50 (1950) Firma de Alfonso Espriú

Obras ubicadas en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Efemérides con fines de difusión cultural e histórica.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8292/LOMBARDO
Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com


 

Enrique Fernández Ledesma, 1888 – 1939

Por el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

Enrique Fernández Ledesma nació el 15 de abril de 1888, en los Pinos, estado de Zacatecas (México); y falleció el 9 de noviembre de 1939, en la Ciudad de México. Fue un destacado poeta, narrador, ensayista, escritor de crónicas literarias, comentarista de arte y periodista. De muy joven, se trasladó a Aguascalientes a estudiar, donde conoció a Saturnino Herán, Manuel M. Ponce y Ramón López Velarde. En 1910, fue director del periódico El Noticiero y dirigió el semanario Zig Zag, donde también publicó poemas, crónicas literarias y comentarios sobre arte. También colaboró con El Universal, México Moderno, Pegaso y Revista de Revistas. Más tarde, se trasladaría a la Ciudad de México, donde desarrollaría su profesión como escritor y crítico literario. De 1929 a 1936, fue subdirector y director de la Biblioteca Nacional de México, lo que le sirvió para promover la lectura a través de la radio donde emitía “Mensajes bibliográficos y críticos de la Biblioteca Nacional de México”. También fue responsable de la instalación de la Hemeroteca Nacional en la capilla de la Tercera orden y fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. Por último, fue director de la reimpresión de Los mexicanos pintados por sí mismos.

Recordamos a Enrique Fernández Ledesma con uno de los capítulos del libro Viajes al siglo XIX (1933). En este pasaje el autor narra la llegada del poeta Zorrilla a México, y los versos recitados por varios de los poetas que acudieron al encuentro, como José Sebastián Segura y Lacunza, y también por el propio Zorrilla. También encontramos una dedicatoria al Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

El poeta Zorrilla y la hospitalidad mexicana.

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Texto: Don José Zorrilla, con sus treinta y ocho años mozos, su optimismo peninsular, hecho a las sonrisas del éxito y su carga lírica , briosa y resonante, tuvo, en aquella mañana del 14 de enero de 1855, la primera sonrisa para el grupo de mexicanos que esperaban su llegada. Empujado por tales impresiones, saltó, agilísimo, del carruaje.

Era éste la diligencia de Puebla que acababa de detenerse en la garita de San Lázaro; vasta, pesada y
chirriante, con sus mulas cascabeleras y su sotacochero maldiciente…

La garita era, entonces, menos que el suburbio de esa parte oriental de México. Era sólo la casa del guarda, la oficina fiscal de Derechos de Peaje y el yermo, en torno.

De la comitiva de escritores que había ido a recibir al poeta, desprcndióse uu caballero y con visibles muestras de emoción se acercó a la diligencia.

—¿Sin duda el señor don José Zorrilla y Moral?
—Servidor de usted. Y yo, acaso tengo el gusto de hablar con el señor Conde de la Cortina?
—Si, señor.
—Pues venga usted a mi pecho.
Y Zorrilla se echó en brazos del prócer.
—Traigo estas cartas de presentación para usted, Conde.
—Inútiles del todo, ilustre amigo. Hombres como usted no necesitan presentaciones. Su solo Hombre basta para abrirse paso en todas partes… Y para dictar órdenes, añadió obsequioso.

Don José Gómez de la Cortina, Conde dc la Cortina y Castro, tenia entonces cincuenta y seis años. Su prognatismo se le había acentuado y la nariz de aguilucho se agravaba con el subrayado vivaz y fulgurante de sus ojos. La urbanidad irreprochable, pero un poco fría, le daba aires inequívocos de señor. Y lo era.

Con ademán amistoso indicó al grupo de poetas y literatos que esperaban. E hizo las presentaciones. Zalemas, Cortesías, hipérboles de la emoción, vivas a la gloria peninsular, en pleno campo. Y algunas estrofas de bienvenida, llenas de entusiasmo y de ripios.

La entrada de Zorrilla a la ciudad fue como una apoteosis. Se abandonó la diligencia y el poeta subió al carruaje del Conde. Coches y jinetes rodeaban al  viajero. Y voces enronquecidas ululaban aclamaciones. El 16 se promovió un brillante agasajo para el Píndaro Moderno, según se llamaba ya al poeta en las
columnas de los periódicos. Gómez de la Cortina se consideró el representante de la intelectualidad mexicana y el índice de etiquetas y honores. Un rumboso banquete, en el hotel del Bazar, dio cuenta de la solemnidad con que se acogía al viajero. Los poetas de entonces, temblorosos de entusiasmo, anhelantes, sonadores, resplandecían de pura emoción romántica.

Estaban allí, generosos, modestos, ofreciendo noblemente su pleitesía, los miembros de la falange intelectual más avanzada: Moreno y Jove, Lacunza, Pesado, Algara, de la Portilla, Segura y Argüelles, don José Sebastián Segura, Roa Bárcena, Baldovinos, Arróniz, Bello, Barreda, Anievas, don Agustín Sánchez de Tagle, González Bocanegra y otros numerosos representativos de la poca.

Al caer de las siete aparecieron, entre murmullos de impaciencia, aplausos y vivas, el anfitrión y el poeta. Se presentaban como si acabasen de escalar el Pindo: solemnes, conmovidos… pero sonrientes.

El Conde, ocultando su emoción bajo Sus hábiles maneras de gentleman, dijo unas sobrias palabras al presentar a sus compañeros de letras… Cada invitado llevaba una buena provisión de metáforas para lanzarlas a la hora oportuna. Zorrilla, malicioso y mundano, tenía también su reserva de tropos y parábolas, que distribuía a discreción. Pero aquello no era nada para lo de la hora del brindis. De los brindis, porque cada visitante se creyó en el deber de disparar el arco simbólico. Y empezó el tiroteo.

Las saetas cruzábanse por encima de los inocentes manteles. Sin embargo, no respondemos de que todas se hayan clavado en el pecho del poeta…

Lacunza, recordando sus éxitos de la Academia de Letrán, soltó unos alejandrinos exaltados, llenos de pasajes pedestres que se escurrían por este final: bendito el que quiere amigos se puede siempre ver…! Con todo, tal pobreza de expresión alternaba con ciertas nobles vibraciones de la poca:

…y vive todavía del mundo en los confines
la lengua en que el Rey Carlos gustaba hablar a Dios…

Pesado renovaba su modesto Siglo de Oro en estancias ‹‹de arte mixto››. Su homenaje era, en realidad, un apreciable embutido que concluía así:

¡Oh, Musas: dadme flores, dadme rosas,
dadme el laurel divino
con que ciña las sienes victoriosas
del Vate peregrino…!

Don José Sebastián Segura se personificaba en un soneto, no se sabe si con los atributos del Garcilaso, capitán y poeta, o con los del Inca historiador. De cualquier modo, remataba así su cumplido:

…quo el joven y animoso Garcilaso
cantar debe las glorias de Zorrilla…

El mismo don José Sebastián, quizá en quiebra con su conciencia literaria y como un puntal para prevenir las arremetidas de Gómez de la Cortina —que habían sido implacables en su periódico satírico El Zurriago— saludaba, a la vez, al prócer y a su crítico en esta octava real, aunque no regia:

¡Oh, tú, que eras también lustre y decoro
del templo de la sacra poesía,
enséñame a vibrar el plectro de oro!
Y en otro dulce y placentero día,
por ti, en verso magnífico y sonoro,
gozosa brindar la musa mía,
cual brinda ahora, con ardiente halago,
¡aunque la asusta el inmortal ‹‹Zurriago››!

Dispararon sus dardos, unos medianamente afortunados y otros fallidos, don Joaquín Sánchez de Tagle, don Casimiro del Collado, el dean poeta Moreno y Jove, Roa Bárcena, Barreda y algunos más.

Zorrilla estaba positivamente emocionado. A tal punto que, cuando agradeció en breves palabras (breves e incoloras, como un discurso diplomático) los honores que se le hacían, apuntó a sus ojos, en varios pasajes de la lectura, un llanto indiscreto que le anudó la garganta:

‹‹…Confío en Dios que México, esta madre adoptiva, no se avergonzará jamás de haberme tenido por hijo. Y que el recuerdo que de mi la deje, la probara que yo tengo en más la reputación de hombre honrado que la vanidad de la gloria mundana…››

FERNÁNDEZ Ledesma, Enrique. Viajes al siglo XIX, señales y simpatías en la vida de México. México: [s.n.], 1933.

A Vicente Lombardo Toledano, ilustre pensador y encumbradísimo espíritu. Con mis respetos a gran y noble talento. Firmado Enrique Fernández Ledesma. México 1933.
Nota del autor: Las aguafuerte de este ejemplar han sido tocadas a mano

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” en la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8292/LOMBARDO
Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Obras publicadas

  • Con la sed en los labios, poesías, 1919.
  • Viajes al siglo XIX, 1933.
  • Historia crítica de la tipografía en México, 1935
  • Galería de fantasmas, publicación póstuma, 1939.
  • 19 monedas de cobre, obra inédita que contiene cuentos.
  • Colección de corridos, 1942-1947.
  • Espejos antiguos, 1968.
  • Autógrafos de la Biblioteca Nacional, 1974.

José Attolini, 1916 – 1957

Por el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

José Attolini nació en la ciudad de México, el 9 de marzo de 1916, donde murió el 15 de octubre de 1957. Fue un destacado dramaturgo, ensayista, narrador, poeta y economista. Se licenció en economía por la UNAM,  y se sacó la Maestría y se doctoró en Letras por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ejerció docencia en la Escuela Normal Superior y en la Facultad de Economía de la UNAM. También fue miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. Colaboró en las revistas América Indígena, Ruta, Investigación económica, Crisol y Letras de México.

Recordamos a José Attolini con siete de sus poesías incluidas en su obra Desamor (1938), y que dedicó a Vicente Lombardo Toledano.

DESAMOR

Sangre de ti distante
que acudes y aconteces
hasta dejar de ser

Ya no soñar soñarte
dulce núbil inútil
regida desde símbolos
tan sólo escudriñar
mi soledad tan tuya
por ver si encuentro en ella
tu más rotunda ausencia

Lirios y tornasoles
han de cruzar su sangre
para teñir tu olvido

HELENA

Siempre recién de tálamo
hembra diosa entre diosas
mujer nacida crimen
tan distante y distinta
que mientras más se acerca
más se aleja y completa
como sueño de esfinge

Sin antes ni después
extraña conocida
que vence vencedores
tan solemne gentil
que se tiende y se cubre
con su propio desnudo
como virgen perpleja

Mortal desde inmortales
se desenvuelve y cumple
de simples hombres héroes
porque mata lo que ama
y en todos sus amantes
no se ama más que a sí
como sangre de espejo

ESPEJO

Nunca Clavé
los ojos en el cielo

Sólo he visto estrellas
en las charcas podridas

ACASO

Fuimos un desconcierto
de tu tez y mi tez
para nuestra tristeza

Como próspera proa
precisa en su defecto
surte mi voz en vano
por desplegar tu espera
desde el barco sin rumbo
que envidia litorales
porque no es más que viaje

Que se nuble mi tarde
presagio de llamo
para que m renazcas

 POSTUMO

Ni recuerdo de olvido
acaso anticipado
medirme inmensurable

Par tan caos y tremendo
sin extender mi voz
más que para callarme
y devenir exacto
hundido an el adiós
del abrazo sin brazos
que tú desconociste

Segregado el quizá
por siempre desprovisto
acude mi distancia

EUFORION

Ese querer ser todo
de pubertad sin púber
que taladra doncellas
desde danzas y ritos
y exige lo imprevisto
acosado de sombras
como esclavo entre trinos

Rendido de distancias
principiadas apenas
fallidas de tal modo
que maduran dispuestas
a morir inconclusas
y terminan desde antes
como una viuda virgen

Cuando polvo los huesos
porque el tacto distante
como nunca tan cerca
se persuade de escombros
descubrir la respuesta
a todas las preguntas
y encontrarse perdido

REMOTO

Clasificado incluso
en el trámite ajeno
de mi muerte y mi olvido

Junto a mi más derrota
muy aislante del tacto
de tus guantes y lirios
sin pavor de recuerdos
impedído de dudas
esperarán mis labios
sus voces y tus besos

Mi soledad tan sola
expuesta para el tiempo
me volverá ninguno

ATTOLINO, José. Desamor. México: [s.n.], 1938.
“Para el Lic. Vicente Lombardo Toledano de la manera más atenta. (rubríca del autor) Julio de 1938.”

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8388/LOMB
Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Publicaciones

  • Desamor (1938).
  • Subirbio (1938).
  • Saudades (1939).
  • Vagido (1941).
  • Mito (1942).
  • Fundamentos para una nueva interpretación de la historia de arte y la literatura (Tesis de Maestria en Letras, 1944).
  • Kupra (1944).
  • Vertedero (1944).
  • Problemas econñómico-sociales de Veracruz (1947).
  • Breve historia de la lingüístrica (Tesis de Doctorado en letras, 1948).
  • Economía de la cuenca del Papaloapan: agricultura (1949)
  • Economía de la cuenca del Papaloapan: bosques, fauna, pesca, ganadería e industria (1950).
  • Las finanzas de la Universidad a través de tiempo (1951).
  • Testimonio (1957).
  • Honor y gloria (1957).
  • Premoniciones (1958).

Barrie Stavis, 1906 – 2007

Por el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava, el Lic. Javier Arias, y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

Barrie Stavis nació el 16 de junio de 1906, y falleció el 2 de febrero de 2007. Fue un destacado escritor y dramaturgo estadounidense, autor de obras sobresalientes sobre hombres que luchan por sus ideas, sufren y que en ocasiones son eliminados, aunque al final siempre sobreviven sus ideas. En sus obras incluyó a personajes como el abolicionista estadounidense John Brown y el líder laboral Joe Hill. Destaca también su obra dedicada a Galileo Galilei, Lamp at Midnight (1966), sobre la lucha que Galileo mantuvo contra la Inquisición de la Iglesia Católica, para que sus ideas y pensamiento científico se aceptaran. Su obras han sido traducidas a 28 idiomas y representadas en los principales teatros del mundo. Cada año, la Conferencia Nacional de Teatro, distingue a destacados dramaturgos con el premio: Barrie and Bernice Stavis Playwriting Award. Comprometido a sus ideas políticas, viajó como voluntario en 1937 para luchar en la Guerra Civil Española y se alistó en la armada estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial.

El Centro de Estudios rinde homenaje al destacado dramaturgo Barrie Stavis con una dedicatoria al Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

STAVIS, Barrie. Lamp at midnight: play in three acts. New York: Dramatic Composition, 1948.

 5/1/48 (1948) For Vicente Lombardo Toledano. Sincerely. Barrie Stavis

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” en la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8388/LOMB
Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Obra destacada:

  • Harpers Ferry (New York: A.S. Barnes, 1960, 67).
  • Lamp At Midnight (New York: A.S. Barnes, 1966).
  • The Man Who Never Died (New York: A.S. Barnes, 1972).
  • The Raw Edge of Victory in Dramatics Vol. 57, No. 8 and 9 (April and May 1986).
  • The House of Shadows.

Margarita Paz Paredes, 1922 – 1980

Composición del retrato de Margarita Paz Paredes

Por el Lic. Javier Arias, el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

Margarita Camacho Baquedano, conocida con el seudónimo de Margarita Paz Paredes, nació el 30 de marzo de 1922, en San Felipe, Guanajuato (México). Fue una destacada escritora, docente, periodista y poetisa mexicana. Estudió periodismo en la Universidad Obrera de México, y filosofía y literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ejerció la docencia en la Universidad de Toluca y en la Escuela Normal Superior de México. Su obra literaria está relacionada con la filantropía, el humanismo y los derechos del pueblo. Su primera obra literaria, Sonaja, fue publica en 1942, y con Litoral del tiempo y Segundo litoral del tiempo alcanzó el reconocimiento. Colaboró en revistas y periódicos mexicanos, y en 1955 fue comisionada por la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), para la realización de una antología de la lírica contemporánea de México. Se casó con el dramaturgo, escritor, ensayista y periodista mexicano Ermilo Abreu Gómez. Margarita falleció en la Ciudad de México, el 22 de mayo de 1980.

El Centro de Estudios Lombardo Toledano, rinde homenaje a Margarita con tres de sus dedicatorias al Mtro. Lombardo Toledano y cinco de sus poesías.

I

Ahora
que encamino mis pasos hacia el alto crepúsculo,
cadáveres de sueños siembran su cal inútil
a lo largo del día.
Mi deyoción frustrada no acierta ni siquiera
a imaginar un súbito color entre la sombra.
¡Esta tarde, como todas Ias tardes,
he perdido una estrella!

Apareció de pronto flotando sobre el río
y fué como nenúfar transitorio
su anunciación insólita.
Su nombre de rocío
dejó en mis lábios avidez lacustre;
y ai fin, celeste y evasiva,
se diluyó en derroche de iluminada espuma.

Vino después a mis hambrientas playas
y era un pez rutilante en mis redes de asombro;
pero sobre la arena se deshizo
su inusitada piel de azogue.

II

Decidme, amigos:
¿habéis visto mi estrella?

Por la alegria con que bañó mi aurora,
yo la busqué en la zarca sonrisa de los niños;
en el piafar ardiente del caballo;
en la congregación dei pan sencillo;
en la dorada fuga
de una silvestre lagartija;
en el remanso donde las palomas
trizan a picotazos los luceros,
y en la miel inocente
con que el amor construye sus panales.

III

Avisadme
si encontrais una huella
de mi pequeña luz desvanecida.

Por el temblor que aposento en mi alma,
le percibí en el viento
— salterio alucinado para cantar tu nombre —
que encendió fuegos fátuos
en el encarcelado panteón de mi esqueleto.

La seguí en el salitre de la ola imprevista
que me acerco un instante
ai ojo pavoroso del velero
perdido en la vigilia de mi oceánica noche.

Me conmovió la orquesta sensual de su llamada
y el corazón en brasas consumido en su estirpe
la espera en el secreto sacerdócio del fuego.

IV

Alerta, caminantes:
Ha caído mi exhalación en el vacío.
Prestadme vuestros mantos;
tendedlos sobre el polvo;
que su llama fugaz no se lastime
y me deje
en cenizas transida.

Vosotros, los que portais antorchas iluminando bosques,
y mares y desiertos,
no abandoneis mi paso
que enigmas y tinieblas asaltan.

Escuchadme:
si no encuentro la brecha
donde sabias y diseminadas espinas
conducen a la rosa;
si este llanto
con su pasión de cándida ternura
no logra humedecer
el contorno inflamado de su ausencia;
antes que muera a obscuras,
sin el contraste de su leve cirio,
heridme aqui en el pecho,
sacadme el corazón, arrojadlo a la noche
y retiraos, amigos,
porque su incandescencia de volcán retenido
libertará sus vetas
incendiando la tierra, el aire, la esperanza…

V

¡He perdido mi estrella!
Si la encontrais un día,
decidle, que en su busca
este pequeño corazón de trigo
quiso ser para ella
el pulso universal dei firmamento.

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Margarita Paz Paredes. César Garizurieta: elegía. México: B. Costa-Amic, 1961.

Al Lic. Vicente Lombardo Toledano, con mi alta estimación y afecto. Margarita Paz Paredes. México, mayo 1961.

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Margarita Paz Paredes. Rebelión de cenizas, poemas. México: Imprenta Roall, 1960.

Al Lic. Vicente Lombardo Toledano, con mi adhesión y alta estima. Margarita Paz Paredes. México, mayo 1961.

Descargar (PDF, 390KB)

Margarita Paz Paredes. “Voz de la tierra”: poemas. México: Firmamento, 1946.

A Vicente lombardo Toledano, ilustre maestro de las juventudes revolucionarios de América. Con mi más profunda admiración y simpatía. Margarita Paz Paredes, 1946.

 

Obras ubicadas en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8388/LOMB
Correo electrónico:bibliolomb@hotmail.com

Otras obras

  • Voz de la tierra (1946).
  • El anhelo plural (1948).
  • Retorno (1948).
  • Génesis transido (1949).
  • Elegía a Gabriel Ramos Millán (1949).
  • Dimensión del silencio (1953).
  • Casa en la niebla (1956).
  • Coloquio de amor (1957).
  • Cristal adentro (1957).
  • Los animales y el sueño (1960).
  • Rebelión de ceniza (1960).
  • Elegía a César Garizurieta (1961).
  • El rostro imposible (1965).
  • Lumbre cautiva (1968).
  • Otra vez la muerte (1976).
  • La terrestre esperanza (1977).
  • Puerta de luz líquida (1978).
  • Viaje a China Popular (1966)

Alfonso Reyes, 1889 – 1959

Alfonso Reyes Ochoa nació el 17 de mayo de 1889, en Monterrey, Nuevo León (México). Fue un destacado abogado, diplomático, docente, poeta, traductor y escritor de teatro, cuento, ensayo, crítica y narración. Se tituló como abogado en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, hoy Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fue uno de los fundadores del “Ateneo de la Juventud”, junto con Antonio Caso, José Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña, Julio Torri y Martín Luis Guzmán, entre otros jóvenes y futuros intelectuales destacados del siglo XX. La misión de los miembros del Ateneo fue la lectura y discusión de los clásicos griegos, reflexionar sobre la literatura y la filosofía universal, la crítica al positivismo y al impacto del periodo del Porfiriato en México.

Su padre, el general Bernardo Reyes, participó en el golpe de estado contra el presidente Francisco I Madero, llamado “Decena trágica” (1913). Tras la muerte del general Reyes, en la batalla que se dio en el Zócalo de la Ciudad de México, su hermano se adhirió al gobierno de Victoriano Huerta. Estos hechos le llevaron a viajar a Europa, donde se incorporó a la Legación de México en Francia hasta 1914. Tras esto, Alfonso Reyes se exilió a España de 1914 a 1924, periodo durante el cual floreció como gran escritor y maestro de la investigación literaria. Colaboró en el Centro de Estudios Históricos de Madrid, bajo la Dirección de Ramón Menéndez Pidal. También fue colaborador de la Revista de Filología Española, Revista de Occidente y en la Revue Hispanique.

Desempeñó importantes cargos en el servicio diplomático mexicano en España, Francia, Argentina y Brasil. Como académico presidió la Casa de España en México, hoy el Colegio de México, fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, docente y fundador del Colegio Nacional, recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Literatura y Lingüística en México. Alfonso Reyes fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Princeton, por la Universidad de California Berkeley de Estados Unidos de América y por la Universidad de la Sorbona de París (Francia). Su obra es magistral y abundante en poesía, crítica, ensayos y memorias. Falleció el 27 de diciembre de 1959, en la Ciudad de México. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres, México.

En Centro de Estudios rinde homenaje al intelectual mexicano Alfonso Reyes, con cuatro de sus poesías y las dedicatorias a su amigo el Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

EL LLANTO

Al declinar la tarde, se acercan los amigos;
pero la vocecita no deja de llorar.
Cerramos las ventanas, las puertas, los postigos,
pero sigue cayendo la gota de pesar.

No sabemos de donde viene la vocecita;
registramos la granja, el establo, el pajar.
El campo en la tibieza del blando sol dormita,
pero la vocecita no deja de llorar.

-¡La noria que chirría!- dicen los más agudos-
Pero ¡si aquí no hay norias! ¡Que cosa tan singular!
Se contemplan atónitos, se van quedando mudos
porque la vocecita no deja de llorar.

Ya es franca desazón lo que antes era risa
y se adueña de todos un vago malestar,
y todos se despiden y se escapan de prisa,
porque la vocecita no deja de llorar.

Cuando llega la noche, ya el cielo es un sollozo
y hasta finge un sollozo la leña del hogar.
A solas, sin hablarnos, lloramos un embozo,
pero la vocecita no deja de llorar.

LA HABANA

No es Cuba, donde el mar disuelve el alma.
No es Cuba -que nunca vio Gaugin,
Que nunca vio Picasso-,
Donde negros vestidos de amarillo y de guinda
Rondan el malecón, entre dos luces,
Y los ojos vencidos
No disimulan ya los pensamientos.

No es Cuba – la que oyó a Stravisnsky
Concertar sones de marimbas y güiros
En el entierro del Papá Montero,
Ñañigo de bastón y canalla rumbero.

No es Cuba -donde el yanqui colonial
Se cura del bochorno sorbiendo “granizados”
De brisa, en las terrazas del reparto;
Donde la policía desinfecta
El aguijón de los mosquitos últimos
Que zumban todavía en español.

No es Cuba – donde el mar se transparenta
Para que no se pierdan los despojos del Maine,
Y un contratista revolucionario
Tiñe de blanco el aire de la tarde,
Abanicando, con sonrisa veterana,
Desde su mecedora, la fragancia
De los cocos y mangos aduaneros.

AUSENCIAS

De los amigos que yo más quería
y en breve trecho me han abandonado,
se deslizan las sombras a mi lado,
escaso alivio a mi melancolía.

Se confunden sus voces con la mía
y me veo suspenso y desvelado
en el empeño de cruzar el vado
que me separa de su compañía.

Cedo a la invitación embriagadora,
y discurro que el tiempo se convierte
y acendra un infinito cada hora.
Y desbordo los límites, de suerte
que mi sentir la inmensidad explora
y me familiarizo con la muerte.

 SOL DE MONTERREY

No cabe duda: de niño,
a mí me seguía el sol.

Andaba detrás de mí
como perrito faldero;
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.

Saltaba de patio en patio,
se revolcaba en mi alcoba.
Aun creo que algunas veces
lo espantaban con la escoba.
Y a la mañana siguiente,
ya estaba otra vez conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.

(El fuego de mayo
me armó caballero:
yo era el niño andante,
y el sol, mi escudero.)

Todo el cielo era de añil;
Toda la casa, de oro.
¡Cuánto sol se me metía
por los ojos!
Mar adentro de la frente,
a donde quiera que voy,
aunque haya nubes cerradas,
¡oh cuánto me pesa el sol!
¡Oh cuánto me duele, adentro,
esa cisterna de sol
que viaja conmigo!

Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.-
Cada ventana era sol,
cada cuarto era ventanas.

Los corredores tendían
arcos de luz por la casa.
En los árboles ardían
las ascuas de las naranjas,
y la huerta en lumbre viva
se doraba.
Los pavos reales eran
parientes del sol. La garza
empezaba a llamear
a cada paso que daba.

Y a mí el sol me desvestía,
para pegarse conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.

Cuando salí de mi casa
con mi bastón y mi hato,
le dije a mi corazón:
-¡Ya llevas sol para rato!-
Es tesoro – y no se acaba:
no se acaba – y lo gasto.
Traigo tanto sol adentro
Que ya tanto sol me cansa.-
Yo no conocí en mi infancia
Sombra, sino resolana.

Obras dedicadas:

REYES, Alfonso. Homilia por la cultura. México: Fondo de Cultura Económica, 1930.

A Vicente, Alfonso.

REYES, Alfonso. El testimonio de Juan Peña. Rio de Janeiro: Villas Boas, 1930.

A Vicente y a María Rosa. Recuerdo de sus días en Río, cariñosamente Alfonso Reyes, Río 1930.

REYES, Alfonso. La saeta. Rio de Janeiro: Villas Boas, 1931.

Para Vicente con mucho afecto. Alfonso.

REYES, Alfonso. Atenea política. Río de Janeiro: L. Fernandez & Irmao, 1932.

Para Vicente, saludo cordial de Alfonso, 1932.

REYES, Alfonso. A vuelta de correo. Río de Janeiro: Graph. Fernandez & Rohe, 1932.

Para Vicente, con un saludo muy afectuoso Alfonso. Río 1932.

REYES, Alfonso. En el día americano. Río de Janeiro: L. Fernandez & Irmao, 1932.

A Vicente cariñosamente Alfonso.

REYES, Alfonso. Horas de Burgos. Rio de Janeiro: Villas Boas, 1932.

A Vicente, cordial saludo de Alfonso. Río 1932.

REYES, Alfonso. Tren de ondas: 1924-1932. Rio de Janeiro: Villas Boas, 1932.

A Vicente Lombardo Toledano, saludos de año nuevo Alfonso Reyes. Río, 1933.

REYES, Alfonso. Voto por la Universidad del Norte. Río de Janeiro: Apollo Confeccionou, 1933.

Alfonso Reyes.

REYES, Alfonso. Golfo de México. Buenos Aires: Francisco A. Colombo: 1934.

Vicente Lombardo Toledano. Alfonso Reyes.

REYES, Alfonso. Yerbas del tarahumara. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1934.

Vicente Lombardo Toledano. Alfonso Reyes.

REYES, Alfonso. A la memoria de Ricardo Güirales. Río de Janeiro: Lithotipo Fluminense, 1934.

Vicente Lombardo Toledano con la esperanza de verlo pronto Alfonso Reyes.

REYES, Alfonso. Aquellos días: 1917-1920. Santiago de Chile: Ediciones Ercilla, 1938.

A Vicente Lombardo Toledano, con la firme amistad de Alfonso Reyes.

Obras ubicadas en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8388/LOMB
Correo electrónico:bibliolomb@hotmail.com

Obras publicadas:

Poesía

  • Huellas (1922)
  • Pausa (1926)
  • Cinco casi sonetos (1931)
  • Sol de Monterrey (1932)
  • Romances del Río de enero (1933)
  • A la memoria de Ricardo Guiralde (1934)
  • Golfo de México (1934)
  • Yerbas del tarahumara (1934)
  • Juego Poético (1935)
  • Infancia (1935)
  • Otra voz (1936)
  • Cantata en la tumba de Federico García Lorca (1937)
  • Villa de Unión (1940)
  • Algunos poemas, (1925-1939) (1941)
  • Romances (y afines) (1945)
  • La vega y el soto (1916-1943) (1946)
  • Cortesía (1909-1947) (1948)
  • Homero en Cuernavaca (1949)
  • Poema del Cid (Traducción) (1949)
  • La Iliada de Homero. Primera parte: Aquiles agraviado. Traslado de Alfonso Reyes (1951)
  • Obra poética (1952)
  • Nueve romances sordos (1954)
  • Bernardo Mandeville. El panal rumoroso o la redención de los bribones. Paráfrasis libre de Alfonso Reyes (1957)
  • Cuatro poemas en torno a Monterrey (1957)

Teatro

  • Ifigenia Cruel (1924)

Crítica, ensayos y memorias

  • Composiciones presentadas en los exámenes de primero y segundo curso de literatura, en la Escuela Nacional Preparatoria, por el alumno… (1907)
  • Los “poemas rústicos” de Manuel José Othón. Conferencias en el Ateneo de la Juventud (1910)
  • Cuestiones estéticas, (1911)
  • El paisaje en la poesía mexicana del siglo XVI (1911)
  • El suicida. Libro de ensayos, (1917)
  • Visión de Anáhuac (1519) (1917)
  • Cartones de Madrid (1914-1917) (1917)
  • Retratos reales e imaginario s(1920)
  • Simpatías y diferencias: Primera serie: Páginas del jueves (1921), Segunda serie: I Crítica/II Historia menor (1921), Tercera serie: I Simpatías/II El cisne (1922)
  • El cazador. Ensayos y divagaciones (1921)
  • L’evolution du Mexique (1923)
  • Calendario (1924)
  • Simples remarques sur le Mexique (1926)
  • Reloj de sol. Quinta serie de “Simpatías y diferencias” (1926)
  • Cuestiones gongorinas (1927)
  • Fuga de Navidad (1929)
  • La saeta (1931)
  • Discurso por Virgilio (1931)
  • A vuelta de correo (1932)
  • En el día americano (1932)
  • Horas de Burgos (1932)
  • Atenea política (1932)
  • En el ventanillo de Toledo (1932)
  • Tren de ondas (1932)
  • Voto por la Universidad del Norte (1933)
  • La caída. Exégesis en marfil (1933)
  • Tránsito de Amado Nervo (1937)
  • La idea política de Goethe (1937)
  • Las vísperas de España (1937)
  • Aquellos días (1937)
  • Mallarméentre nosotros (1938)
  • Capítulos de literatura española: Primera serie (1939), Segunda serie (1945)
  • La crítica en la edad ateniense (600 a 300 a. C.) (1941)
  • Pasado inmediato y otros ensayos(1942)
  • Los siete sobre Deva. Sueño de una tarde de agosto(1942)
  • La antigua retórica (1942)
  • Última Tule (1942)
  • La experiencia literaria (1942)
  • El deslinde. Prolegómenos a la teoría literaria (1944)
  • Tentativas y orientaciones (1944)
  • Dos o tres mundos. Cuentos y ensayos (1944)
  • Norte y sur (1925-1942) (1944)
  • El Brasil y su cultura (1944)
  • Tres puntos de exegética literaria (1945)
  • Los regiomontanos (1945)
  • Los trabajos y los días, 1934-1944 (1945)
  • Las letras patrias (1946)
  • Por mayo era, por mayo… (1946)
  • Justo Sierra. Un discurso (1947)
  • A lápiz. 1923-1946 (1947)
  • Grata compañía (1948)
  • Entre libros, 1912-1923 (1948)
  • De un autor censurado en el Quijote (Antonio de Torquemada) (1948)
  • Panorama de la religión griega (1948)
  • Letras de la Nueva España (1948)
  • Sirtes (1932-1944) (1949)
  • De viva voz (1920-1947) (1949)
  • Mi idea de la historia (1949)
  • Junta de sombras. Estudios helénicos (1949)
  • Tertulia de Madrid (1949)
  • Cuatro ingenios (1950)
  • En torno al estudio de la religión griega (1951)
  • Trazos de historia literaria (1951)
  • Ancorajes (1951)
  • Interpretación de las edades hesiódicas (1951)
  • Medallones (1951)
  • La X en la frente. Algunas páginas sobre México (1952)
  • Marginalia: Primera serie (1946-1951) (1952), Segunda serie (1909-1954) (1954), Tercera serie (1940-1959) (1959)
  • Memorias de cocina y bodega (1953)
  • Trayectoria de Goethe (1954)
  • Primer capítulo de mis recuerdos (1954)
  • La danza (1956)
  • Dos escritos sobre Paul Valéry (1957)
  • Las burlas veras (1957)
  • La filosofía helenística (1959)
  • Los nuevos caminos de la lingüística (1960)
  • A campo traviesa. Trazos de Jean-Pierre Marcillac (1960)
  • Al yunque (1944-1958) (1960)
  • La afición de Grecia (1960)
  • Segundo libro de recuerdos (1960)
  • El polifemo sin lágrimas (1961)
  • Oración del 9 de febrero (1963)
  • Dante y la ciencia de su época (1965)
  • Universidad, política y pueblo (1967)
  • Anecdotario (1968)
  • Prosa y poesía (1975)

Narrativa

  • El plano oblicuo. Cuentos y diálogos (1920)
  • El testimonio de Juan Peña (1930)
  • La casa del grillo (1938)
  • Verdad y mentira (1950)
  • Árbol de pólvora (1953)
  • Quince presencias (1955)
  • Los tres tesoros (1955)

Obras ilustradas

  • La cena, con ilustraciones de Santiago Caruso (México, La Caja de Cerillos, 2013)

Archivo personal

  • Reliquias (Recuerdos, intimidades):
    • Berkeleyana (1941)
  • Astillas (Literatura menor, juegos de pluma):
    • Burlas literarias (1919-1922) (1947)
    • Tres cartas y dos sonetos (1954)
    • Briznas I (1959)
  • Residuos (Orillas, relieves, gangas y flecos de la obra):
    • Cartilla moral (1944) (1952)
    • Resumen de la literatura mexicana (siglos XVI-XIX) (1957)
  • Instrumentos (Apuntes, notas, elementos de trabajo y estudio):
    • Introducción al estudio económico del Brasil (1936) (1938)
    • La inmigración en Francia (1927) (1947)
    • La constelación americana. Conversaciones de tres amigos, Buenos Aires, 23 de octubre al 19 de noviembre de 1936 (1950)
    • De la antigüedad a la Edad Media (1954)
    • Troya (1954)
    • Libros y libreros en la antigüedad (1955)
    • El triángulo egeo (1958)
    • La jornada aquea (1958)
    • Geógrafos del mundo antiguo (1959)
  • Testimonios (Memorias, reseñas):
    • El servicio diplomático mexicano (1933) (1937)
    • La conferencia colombo-peruana para el arreglo del incidente de Leticia. Río de Janeiro, 25 de octubre de 1933 al 24 de mayo de 1934 (1947)
    • Momentos de España: Memorias políticas, 1920-1923 (1947)
    • Crónicas de Francia: Vol. I (enero a abril de 1925) (1947), Vol. II (abril a junio de 1925) (1952), Vol. III (julio a diciembre de 1925) (1955), Vol. IV (enero a junio de 1926) (1956), Vol. V (junio de 1926 a febrero de 1927) (1957)
  • Documentos (Papeles ajenos):
    • Manuel García Blanco, el escritor mexicano Alfonso Reyes y Unamuno (1956)

Obras completas

  • Editadas por el Fondo de Cultura Económica e ilustradas por el dibujante Enrique Sobisch (1955-1993).

Artículo escrito por el Doctorando Josep Francesc Sanmartín Cava, en colaboración con los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.


Emilia Bernal, 1882-1964

Por el Lic. Javier Arias, el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

El Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano, rinde homenaje a la escritora y poetisa cubana Emilia Bernal. Nació el 8 de mayo de 1882, en Nuevitas, provincia de Camagüey (Cuba). Con motivo de la Guerra de la Independencia Cubana, en 1895, la familia emigró a Santo Domingo, pero regresó a vivir a La Habana, Cuba, en donde colaboró con los periódicos La Nación, La revista Bohemia, Social y en el Fígaro. Como escritora publicó poesía, prosa, novela autobiográfica e incursionó en el ensayo sobre temas cubanos. De su poesía destaca Alma errante, Mallorca, Como los pájaros, Vida y Exaltación. De su obra en prosa Layka FroyKa (novela autobiográfica), Cuestiones cubanas para américa, Martí por sí mismo, Ensayo sobre el problema de la raza negra en Cuba. Viajó gran parte de su vida por toda América y Europa. En un viaje a Francia en 1923, Emilia Bernal visitó la ciudad de París, donde fue invitada por la Société pour la Propagation des Langues Étrangéres en France, para la que pronunció varias conferencias sobre Cuba. También visitó España, donde conoció a Manuel de Falla y a Llorenç Villalonga, con quien mantuvo una relación que inspiró parte de su obra. La Fundación Emilia Bernal, otorga anualmente el “Premio Literario Emilia Bernal” en su honor. Falleció en 1964, en la ciudad de Washington (Estados Unidos de América).

Recordamos a Emilia Bernal con tres poesías y una dedicatoria a Vicente Lombardo Toledano:

QUISIERA…

Quisiera ser magnífica señora
en el tiempo de trágica leyenda
para marchar triunfante por la senda
que me abriera una lanza vencedora;

quisiera ser la dama soñadora
reina gentil de clásicos torneos,
que oyó presa de dulces devaneos
mil veces del juglar la voz sonora;

quisiera ser la castellana amante
a quien el caballero suspirante
al galopar de su corcel guerrero
flores de amor dejaba en la ventana

………………………………………………..

Mas ¡ay! ¡no puedo ser la castellana
porque no existe un sólo caballero!

OH, YO TE HARÉ UNA BARCA DE MIS SUEÑOS…

Oh, yo te haré una barca de mis sueños…,
ligera como un haz de mimbrecillos.
Te hará mi amor una canción de cuna
al golpe leve que le den las olas,
cuando a los besos del terral la noche
traiga a mecer la barca hacia la orilla.

FLIRT

Todo era en mi vida feliz, transparente.
Una vez, estabas muy cerca de mí;
levanté los ojos, te vi sonriente
y al ver tu sonrisa, también sonreí.

No sé qué atractivo hallé en tu mirada
que volvió la mía, la tuya a buscar;
cruzó por tu labio sonrisa encantada,
tornó la sonrisa mi labio a rizar.
Mi ser atraía tu mirada loca, la luz de mis ojos tus ojos buscó,
y el alma hecha risa salió por tu boca
y mi alma, al oírla, feliz se rió.

(de Alma Errante)

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BERNAL, Emilia. Cuestiones cubanas, para América. Madrid, España: Imp. G. Hernández y Galo Sáez, 1928.

Al Sr. Vicente Lombardo Toledano. De su respetuosa Emilia Bernal. Madrid 1928.

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” en la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8388/LOMB
Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Obra

  • Alma errante (1916)
  • ¡Cómo los pájaros! (1922)
  • Poesías inéditas (1922)
  • Layka Froyka; el romance de cuando yo era niña (novela autobiográfica, 1925, 1931)
  • Vida (poesía, 1925)
  • Cuestiones cubanas (prosa, 1928)
  • Exaltación (1928)
  • Martí por sí mismo (prosa, 1934)
  • Negro (poesía, 1934)
  • América (1937)
  • Ensayo sobre el problema de la raza negra en Cuba (prosa, 1937)
  • Sentido (prosa, 1937)
  • Sonetos (1937)
  • Mallorca (prosa y verso, 1938)

Luis Enrique Délano, 1907 – 1985

Por el Lic. Javier Arias, el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

Luis Enrique Délano Díaz nació el 14 de julio de 1907, en Santiago (Chile). Destacó como escritor, periodista, poeta, diplomático y traductor. Inició sus estudios en la Universidad de Chile, más tarde, en 1934, viajó a España e ingresó en la Universidad de Madrid para estudiar Letras e Historia del Arte, justo en el periodo durante el que estalla la Guerra Civil Española. A los 19 años, dio inicio a su actividad literaria con su primera obra poética El pescador de estrellas, publicada en 1926, y con su primera novela Rumbo hacia ninguna parte, publicada en 1927. En colaboración con Salvador Reyes Figueroa, entre otros, fundó la revista Letras en 1928, en la que colaboró hasta 1930, como parte de la corriente del Imaginismo. Trabajó como periodista para el periódico El Mercurio en 1929, y colaboró dirigiendo la revista Vistazo en 1952. Trabajó como cónsul de Chile en México y en Nueva York, y como embajador de Chile en Suecia. Por su prolífica obra literaria y periodística recibió, por su novela Puerto de fuego, el Premio Municipal de Santiago en 1956, y el Premio Nacional de Periodismo en 1970. Al regreso de su segundo exilio, falleció en la ciudad de Santiago (Chile), el 20 de marzo de 1985.

Recordamos al ilustre escritor con una de sus poesías, un relato de la Guerra Civil Española y una dedicatoria firmada para su amigo el Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

Poema Bebiendo Solo A La Luz De La Luna
(otra Versión) de Poetas chinos

Entre las flores, un tazón de vino
bebo solo, ningún amigo está cerca.
Levanto mi Copa, invito a la Luna
y a mi sombra, y ahora somos tres.
Mas la Luna nada sabe de bebidas
y mi sombra se limita a imitarme,
pero así y todo, Luna y sombra serán mi compañía.
La primavera es época propicia para el goce.
Canto y la Luna prolonga su presencia,
bailo y mi sombra se enreda.
Mientras me mantengo sobrio, somos alegres juntos,
cuando me embriago, cada uno marcha por su lado
jurando encontrarnos en el Río de Plata de los Cielos.

Versión de Luis Enrique Délano

LA MUERTE EN LAS CALLES

A mediados de Octubre arreciaron los bombardeos aéreos sobre Madrid. Ya no se trataba de lanzar bombas sobre los aeródromos. Los aviones nos visitaban todas las noches y casi todos los días también. El primer bombardeo sobre la población indefensa, es decir el primer bombardeo cruel y deliberado, tuvo lugar un día viernes por la tarde. Los aviones buscaron las colas más numerosas y sobre ellas lanzaron sus toneladas de metralla. Otros aviadores se elevaban a gran altura, donde no podían ser alcanzados por los cañones antiaéreos y dejaban caer las bombas, sin importarles el sitio donde fueran a explotar. Una bomba cayó sobre una guardería infantil, matando a varios niños. Las otras habían explotado, una en la calle de Preciados, otra en Fuencarral y una tercera en la calle de la Luna. De las reuniones de mujeres que esperaban su turno para adquirir alimentos sólo quedaron trozos de carne quemada, hacinamientos de cadáveres. Tuve oportunidad de hablar con un estudiante de medicina que trabajaba en un hospital de sangre y me contó que la acción aérea había causado cerca de trescientos muertos y el doble de heridos. Los periódicos protestaron indignados contra el salvaje bombardeo, aunque sin precisar el número de víctimas. Recuerdo un vibrante artículo de la diputada comunista Dolores Ibarruri (Pasionaria) haciendo un llamamiento al mundo contra la repetición de actos de esta naturaleza. El artículo tuvo indudablemente gran eficacia, por la sensatez de su expresión y por la personalidad de su autora. Figura querida del proletariado universal, Dolores Ibarruri ha sido en la guerra civil española, una animadora de las fuerzas obreras en lucha contra los moros y legionarios. Cuando la moral decaía, se la podía ver en el frente, fusil en mano, animando a sus camaradas, invitándolos a la lucha, peleando ella misma a la cabeza de todos. Ha sido también quien ha dado las consignas. Suyas son algunas frases que hoy circulan en todas las bocas. Las mujeres de Madrid desfilaban, en los días más negros de la guerra, llevando grandes estandartes en los que se leía: “Preferimos ser viudas de héroes antes que esposas de cobardes”. Suyo es el “¡No pasarán!”, frase simple, frase de aliento, de fe, que se repiten los milicianos antes de entrar al combate, frase con que se dan valor las esposas, las hijas, las madres y las novias de los combatientes, mientras transcurren las horas de prueba en la retaguardia.

Los intelectuales más insospechables, gentes alejadas de la vida política, al margen incluso de la lucha plantada, manifestaron al mundo la vergüenza que sentían de que otros españoles hubieran caído en la tentación de cometer una vileza así. El propio don Ramón Menéndez Pidal, gloria de las letras castellanas, exteriorizó sus sentimientos de repulsa. El Cuerpo Diplomático residente en Madrid protestó también en un comunicado dirigido al Ministro de Estado y en el cual “lamentaba no contar con medios para impedir la repetición de esos hechos”.

Entretanto el Gobierno había recibido, por fin, aviones del extranjero y cuando menos, podía hacer frente a estos ataques. La población de Madrid no estaba desamparada totalmente. Llegaban las visitas de los aviones rebeldes y muy pronto aparecían en el horizonte los “cazas” leales, que salían a buscarles batalla. Pregunté a un capitán de milicias sino había buenos artilleros para manejar los cañones antiaéreos y me respondió:

–La defensa con cañones y ametralladoras antiaéreos es muy relativa, muy limitada. Se pueda defender del bombardeo un objetivo militar, un cuartel, un ministerio, un edificio dado, pero no una ciudad entera. Imagínese usted. Se trata por ejemplo del Ministerio de la Guerra que va a ser atacado por los aviones rebeldes.

Las defensas antiaéreas comienzan a funcionar y su papel debe limitarse a formar, a una altura dada, una especie de círculo de fuego sobre el Ministerio. El avión enemigo no puede penetrar en ese círculo, porque fatalmente sería alcanzado por los proyectiles. Su acción es, pues, imposible y el Ministerio de la Guerra no será bombardeado. Pero lo que es posible hacer con un edificio no puede hacerse con una ciudad entera. Imagínese usted… ¿Cuántos cañones antiaéreos se necesitarían pata proteger todo Madrid?…

 –Si es así, los cañones antiaéreos no disparan directamente sobre los aviones.

 –Sí, también lo hacen, pero es muy difícil que den en el blanco. Generalmente los aviones no son tocados. Usted ve, agregó, a la altura que vuelan estos miserables…

El bombardeo de las mujeres y niños había producido indignación en el mundo entero. De Londres, de París, de Bruselas llegaban mensajes protestando contra el salvaje atentado. Indalecio Prieto, Ministro de Aire, publicó un comunicado expresando que la aviación del Gobierno limitaba su acción a objetivos de tipo puramente militar. Bombardeaba aeródromos y cuarteles, no poblaciones civiles: iba contra soldados, no contra mujeres y niños a la hora en que éstos buscan su alimento. Y efectivamente, a juzgar por las noticias que publicaban los periódicos de Madrid, los aviones gubernamentales habían realizado una acción de enorme eficacia. Aeródromos enemigos fueron destruidos totalmente, pereciendo en uno de estos ataques cuarenta aviadores facciosos. En los combates aéreos parece ser que los rebeldes llevaban la peor parte.

Casi todas las noches había que levantarse, no ya avisados por las sirenas de alarma, sino por el ruido: los propios aviones enemigos. El cerco de Madrid iba estrechándose, los frentes de batalla se habían aproximado a la ciudad, y ya el aviso, desde la línea de fuego, de la presencia de aviones enemigos era casi inútil. No se producía sino cuando la aviación rebelde estaba a las puertas mismas de la ciudad. En cuanto a las “salchichas”… habían sido destruidas. Justamente estaba yo trabajando en las oficinas del Consulado de Chile, una tarde, cuando me tocó presenciar esta acción militar, que fue de un trágico interés. Desde la ventana veíamos los acciones rebeldes muy cerca, a unos seiscientos metros. Ya ni siquiera bajábamos al sótano, a pesar de hallarnos a considerable altura. A todo se habitúa el hombre, hasta al peligro de un bombardeo. Se repetían estos con tanta frecuencia que muchas veces ni siquiera nos movíamos. Esa tarde vimos venir dos aviones facciosos y volar muy bajo sobre el Paseo de Rosales, como buscando algo, como observando un determinado objetivo. Recordé que era allí donde se guardaban, más o menos camufladas entre la vegetación, las “salchichas” avisadoras del peligro. De pronto los aviones descendieron apresuradamente, casi en línea vertical y empezaron a oírse detonaciones y pequeñas explosiones de bombas. Era algo cruel y abusivo el modo de los pájaros enemigos de lanzarse contra los aparatos ocultos. Recordé que en el campo chileno suele verse el tiuque cuando se deja caer sobre un indefenso polluelo. Algo parecido, algo cruel, fatal, inevitable. Nadie, nada, ni cañones antiaéreos ni aviones leales, interrumpió la labor de destrucción. Operaron los pilotos enemigos con certera tranquilidad y luego se elevaron y desaparecieron hacia el sur. Por la tarde supe que de los globos no quedaba sino un hacinamiento informe de metal y de tela…

Por las noches Madrid no encendía las luces ni caía a la calle el más mínimo reflejo desde las ventanas. El invierno de días cortos hacía su aparición, las tabernas y cafés cerraban sus puertas a las siete. Después de esa hora era prácticamente imposible andar por las calles; se corría el riesgo de estrellarse contra las paredes o contra los árboles. Toda la vida parecía morirse a las siete. Salir al portal era salir a una oquedad, a un pozo de sombra, a un túnel permanente. Había pues que recogerse y pasar las horas inmóvil, entregado a la lectura, entregado a la inquietud, que no podía alejarse del corazón. Estábamos todo el tiempo esperando los aviones. A causa del frío no era posible abrir las ventanas que daban al patio y los ruidos de fuera llegaban muy ahogados. Los aviones enemigos no se sentían, pues, sino cuando estaban muy cerca, sobre nuestras mismas cabezas, o cuando recibían el saludo de las ametralladoras antiaéreas. Entonces rápidamente, con la seguridad que da el hábito, y en medio de la obscuridad profunda, bajábamos hacia el sótano, hasta que el peligro se alejaba.

Nadie dormía, por precaución, desnudo. Había que conservar los pantalones puestos, cuando menos, y un par de zapatillas, para los casos de alarma nocturna, que eran ¡ay!, tan frecuentes. Entonces, fuera agudo el frío o pesado el sueño, era preciso salir.

Las bombas enemigas habían causado serios daños en la Estación del Norte, en la de Atocha, en algunos edificios centrales y también en algunos barrios obreros de las afueras, como en Vallecas. Un avión contrario fue abatido en Vallecas por los “cazas” leales y el piloto hecho prisionero. El júbilo popular se manifestó entonces de distintos modos. Alrededor del esqueleto incendiado del aparato (no recuerdo si era un Junkers o un Capronni) chiquillos y mujeres lloraban de alegría. Hasta se cantó. Cuando llegaron los fotógrafos de los diarios un buen gentío exteriorizaba su entusiasmo y se retrató con el puño en alto.

Supe también que otro día, desde un avión derribado por el fuego leal en un frente cercano a Madrid se lanzó, con paracaídas, un piloto enemigo, que cayó en manos de los milicianos, los cuales lo fusilaron. El Gobierno impartió enérgicas órdenes en el sentido de respetar la vida de todo aviador que cayera en las filas leales, y así se hizo en adelante. Los diarios publicaron, entre muchos otros casos que no recuerdo exactamente, el de un piloto extranjero, que al caer a tierra se rompió una pierna. Los milicianos lo condujeron a un hospital, para su curación. No menos de diez aviadores italianos o alemanes eran prisioneros de guerra del Gobierno.

No se me olvida la macabra ironía de los aviadores desleales, allá por mediados del mes de Noviembre.

En efecto, una mañana en que volaban sobre Madrid los aviones rebeldes, se vio desprenderse de uno de ellos un paracaídas conduciendo algo. El aparato y su cargamento llegaron a tierra sin novedad. Era un ataúd negro con el cadáver de un joven piloto español llamado Juan Antonio Galanía, que había caído prisionero. El cadáver estaba mutilado. Sobre este hecho nada se puede decir, nada que no sea el horror y la repulsión. Cuando más podría uno preguntarse si es propio de cristianos un acto así; si mutilando aviadores y exhibiendo sus cadáveres es como se lucha por la “civilización cristiana occidental”, según la fórmula creada por don Miguel de Unamuno y adoptada de inmediato por el General Franco.

DÉLANO, Luis Enrique. Pequeña historia de Chile. México: Secretaria de Educación Pública, 1944.

Al Lic. Vicente Lombardo Toledano, con admiración cordial. Luis Enrique Délano. México 1945.

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” en la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8388/LOMB

Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Obra literaria

  • 1926 El pescador de estrellas: poemas
  • 1927 Rumbo hacia ninguna parte
  • 1928 La niña de la prisión, y otros cuentos
  • 1930 Luces en la isla
  • 1930 Víspera
  • 1932 Catorce cuentos chilenos
  • 1933 La evasión
  • 1935 Viaje de sueño VII
  • 1937 Cuatro meses de guerra civil en Madrid
  • 1937 Juventud asombrosa y juventud herida: entorno de la poesía de Miguel Hernández
  • 1937 Balmaceda : político romántico
  • 1938 El gran extravío
  • 1939 Si yo fuera Rey… (Una aventura de Francois Villon)
  • 1939 En la ciudad de los césares
  • 1940 Viejos relatos
  • 1940 Historias de detectives
  • 1944 Pequeña historia de Chile
  • 1944 J. M. Balmaceda
  • 1944 Lastarria
  • 1945 Un niño en Valparaíso
  • 1945 Siete cuentos chilenos
  • 1946 El laurel sobre la lira: novela
  • 1954 Baldomero Lillo y “Sub-Terra”
  • 1956 Puerto de fuego: novela
  • 1957 Recuerdo de un “Imaginista”
  • 1957 El caso de la alegre propietaria
  • 1958 La Base: novela VIII
  • 1961 El viento del rencor: novela
  • 1961 Ceilán, isla de cocoteros y piedras preciosas
  • 1961 Domingo de otoño en la gran muralla
  • 1962 Faulkner, Hesse, Pérez de Ayala
  • 1962 Praga, la esplendorosa
  • 1962 Antología de la poesía social de Chile
  • 1963 Recuerdos de Isaías Cabezón
  • 1963 Cómo nos vio 74 años un periodista norteamericano
  • 1964 El rumor de la batalla
  • 1964 Neruda en España
  • 1964 La bohemia que no muere
  • 1964 Visión fugitiva de El Cairo
  • 1965 Los extraños cementerios
  • 1965 Se extinguen los últimos nómades
  • 1965 Doce jefes indígenas cedieron la Isla de Pascua a Chile
  • 1965 En la huella de los escritores rusos
  • 1965 Genialidades de los tres grandes
  • 1966 Cuba 66
  • 1966 Setenta años de Alberto Romero
  • 1967 José Victorino Lastarria y su tiempo IX
  • 1968 Antropofagia [manuscrito]
  • 1968 Viejos relatos
  • 1969 Locura
  • 1970 Sobre todo Madrid
  • 1970 Luis Enrique Délano
  • 1970 Quillota, una visión retrospectiva
  • 1971 Antropofagia: cuentos
  • 1971 La red
  • 1971 Recuerdos de Gabriela Mistral
  • 1972 Carta sobre una vieja amistad
  • 1973 La Base: novela
  • 1973 El año 20: novela
  • 1984 Las veladas del exilio
  • 1985 Balmaceda: historias de la historia
  • 1985 Puerto de fuego
  • 1987 La luz que falta / Obra Póstuma
  • 1994 Aprendiz de escritor: 1924-1934 / Obra Póstuma
  • 1995 Buzoni / Obra Póstuma

Rafaela Chacón Nardi, 1926 – 2001

Por el Lic. Javier Arias, el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

Rafaela Chacón Nardi nació el 24 de febrero de 1926, en la ciudad de La Habana (Cuba). Fue una destacada intelectual, docente, escritora, literata, poetisa y pedagoga. Inició sus estudios en magisterio y continuó con la licenciatura en Pedagogía de forma brillante, lo que le permitió ejercer la docencia en la Escuela Normal para Maestros, en la Universidad de La Habana y en la Universidad Las Villas. Destacó en su labor pedagógica durante el diseño y desarrollo de actividades pedagógicas para niños con discapacidades, fundó el Grupo de Expresión Creadora con apoyo de la UNESCO. En Cuba, dirigió los Clubes de Promoción a la Lectura para adolescentes ciegos y de baja visión. También organizó los talleres infantiles para el estudio de la obra de José Martí, lo que supuso una importante aportación educativa para la formación de niños y jóvenes. Publicó en la Gaceta del Caribe, en los periódicos Noticias de Hoy, El Mundo, El País, y en las revistas Lyceum y Bohemia. Por su destacada labor como escritora y pedagoga, recibió la medalla “Alejo Carpentier”. Su obra literaria está traducida a más de 9 idiomas, incluyendo el Braille. Falleció el 11 de marzo de 2001, en la Habana (Cuba).

Recordamos a Rafaela Chacón Nardi con cuatro de sus poesías y una dedicatoria al Maestro Vicente Lombardo Toledano.

Aquél

¿Que a cuál prefiero?
No a aquel que sus cabellos
ató a la muerte,
no a aquel que andaba pálido
juntando estrellas,
sino al que supo un día
quemar sus naves
y se entregó al combate y al amor
sin consultar la rosa de los vientos
ni el candor de mi sangre o su misterio.

Plaza sitiada

A la ruptura no siguió el olvido…
Me asaltas y alucinas cuando nace el crepúsculo.
Copia tu voz mi oído no sé por qué misterio.
Y percibo tu rostro desde estos manuscritos.
Me persigues. Me vences. Y a ti sigo enlazada.
Te haces sentir en música y silencio.
Soy tu último refugio. Soy tu plaza sitiada.
Cércame así. Sorpréndeme. Cíñeme así. Convénceme.
Que en este nuestro extraño paraíso
lucero y luna en lo íntimo seremos.
Y cuerpo y sombra y mar y acantilado.

Hogar

Tú y la casa. Tú y las flores.
Tú y los libros desmandados
y los papeles volados
por revueltos corredores…
Tú y los limpios resplandores
del verano. Tú y la huida
de la soledad… Sin brida
se van los miedos mortales.
Tú y las cosas habituales
devolviéndome a la vida.

La Habana, 1926

Poema a Cuba desde lejos

Pura, como las flores del coral más antiguo
o un espejo de conchas entre la arena virgen,
el transparente verde de tu raíz marina
crece y se mueve al aire
tranquilo del verano.
¿Qué manos invisibles,
qué dedos de agua y cielo
trenzan tu cabellera a la orilla del alba?
¿Quién da al temblor pequeño que crece
entre la espuma
breve columna tenue de plata o de rocío?
Lentas llamas descienden
a quemar tus arenas donde se pierde el agua
y toda luz se quiebra.
Mar de tierra, peñasco que las olas dibujan,
rosa del mar isleño,
tierra de las gaviotas.
Imagen tuya erguida
desde una tibia música
como el rumor lejano de playas olvidadas.
Me naces de repente
en la alta luz herida
que entrega al alba el cobre
de tu color trigueño.
Olvido la distancia y sueño que te habito.
Me llegas en la llama
y en la flor y en el viento.
Mi corazón te ciñe de amor cada mañana,
patria de las espumas,
tierra pequeña y tibia.

Ciudad de México, 1950

CHACÓN Nardi, Rafaela. La alfabetización en México: una experiencia educativa que pudiera utilizarse en Cuba. México: Ediciones Lyceum, 1951.

Al Lic. Vicente Lombardo Toledano, gran líder obrero de América, con la admiración de Rafaela Chacón Nardi.

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” en la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8388/LOMB
Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Publicaciones

Destacan:

  • Viaje al sueño (1948 y 1957 en edición ampliada)
  • Del silencio y las voces (1978)
  • Coral del aire (1982)
  • Una mujer desde su isla canta (1994)
  • Vuelta de hoja (1995)
  • Mínimo paraíso (1997)
  • Del íntimo esplendor (2000)
  • Ámbito de amar (póstumo, 2006)

Oscar Castañeda Batres, 1925 -1994

Por el Lic. Javier Arias, el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

Oscar Castañeda Batres nació el 15 de agosto de 1925 en Santa Rosa de Copán (República de Honduras), y falleció el 27 de enero de 1994 en la Ciudad de México. Heredó de su padre Gustavo Castañeda Suazo el gusto por la literatura y la historia, algo que compaginó con sus labores como abogado y ensayista. A Castañeda se debe uno de los mejores ensayos sobre la poesía hondureña: Panorama de la poesía hondureña (1960), que ya publicó tras viajar a México, donde vivió hasta su muerte. Como académico se especializó en la historia de México, y fue miembro de la “Generación del 35” o “Generación de la dictadura”, que él mismo denominó por haberse gestado en tiempos del dictador Tiburcio Carias Andino. También fue miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y colaboró para la revista Cuadernos Americanos, publicada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Recordamos a Oscar Castañeda Batres con dos de las dedicatorias rubricadas en honor a su amigo y compañero Vicente Lombardo Toledano.

CASTAÑEDA Batres, Oscar. La convención de Londres: 31 de octubre de 1861. México: Publicaciones Especiales del Primer Congreso Nacional de Historia para el Estudio de la Guerra de Intervención, 1862.
CASTAÑEDA Batres, Oscar. La convención de Londres: 31 de octubre de 1861. México: Publicaciones Especiales del Primer Congreso Nacional de Historia para el Estudio de la Guerra de Intervención, 1862.

Al maestro, Lic. Vicente Lombardo Toledano, con el respeto y admiración.  Julio 1°, 1963.

CASTAÑEDA Batres, Oscar. Leyes de Reforma y etapas de la Reforma en México. México: Boletín Bibliográfico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 1960.
CASTAÑEDA Batres, Oscar. Leyes de Reforma y etapas de la Reforma en México. México: Boletín Bibliográfico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 1960.

Para el Sr. Dr. Vicente lombardo Toledano. Con el saludo respetuoso y cordial. 30 – XI – 60 (1960).

Poesía

  • ”La estrella vulnerada” (1956).
  • ”Digo el amor” (1959).
  • ”Madre Honduras” (1961).

Ensayo

  • ”Los nombres de Honduras” (1959).
  • ”Panorama de la poesía hondureña” (1960).

Juan Antonio Corretjer Montes, 1908 – 1985

Juan Antonio Corretjer Montes, fue un destacado intelectual puertorriqueño nacido el 3 de marzo de 1908, en la ciudad de Ciales. Su infancia se desarrolló en un entorno literario y revolucionario, lo que determinó su vida y profesión. Entre los familiares y los intelectuales más próximos a Corretjer destacaron: José Martí, Juan Ríus Rivera, Máximo Gómez, Antonio Maceo, su abuelo Juan Montes Núñez y su tío Ramón Montes.

Ya siendo un estudiante de la escuela elemental, Juan Antonio Corretjer fue expulsado del sistema escolar del municipio de Ciales por organizar una protesta estudiantil, así que tuvo que terminar sus estudios en la población de Vega Baja. Eso no le impediría convertirse en un destacado escritor, poeta, periodista y político. De hecho, el primer poema que dio inicio a su carrera literaria, Canto a Ciales, lo escribió a la edad de 12 años. Y la edad de 16 años, cuando por fin pudo volver a Ciales, ingresó en la Juventud Nacionalista, antes llamada Sociedad Literaria José Gautier Benítez.

Juan Antonio Corretjer Montes también fue un político e incansable luchador social, y participó ayudando a la lucha sandinista desde Nueva York, acudiendo a Cuba en ayuda de la Revolución, publicando numerosos escritos revolucionarios y antiimperialistas en favor de América Latina, hasta finalmente desembocar en la que sería su última trinchera, la lucha por la independencia de su país Puerto Rico. Su constante actividad revolucionaria le ocasionó distintos encarcelamientos, como lo manifiesta en una de las dedicatorias manuscritas y reseñadas en este artículo, en honor a su amigo y compañero Vicente Lombardo Toledano. Sin embargo, esto nunca le impidió continuar con su actividad revolucionaria e intelectual.

En sus últimos años, Juan Antonio Corretjer Montes se dedicó mayormente al periodismo, actividad que desarrolló toda su vida, fundando más de una docena de periódicos y revistas, entre las que destaca la revista El Correo de la Quincena de la que sería editor. Otros periódicos relevantes para América Latina y que dirigió fueron El boricua, ¡Adelante!, Prieto y puya, Bandera, Pabellón y Pueblos hispanos. Finalmente falleció el 19 de enero de 1985 en Río Piedras (Puerto Rico). Tras fallecer se popularizó su poema Boricua en la luna.

Recordamos al destacado intelectual puertorriqueño con el vídeo de la canción de Boriqua en la Luna, interpretada por Fiel a la Vega y Roy Brown, y tres de las dedicatorias rubricadas en honor a la amistad y relación intelectual con el Maestro Vicente Lombardo Toledano.

CORRETJER Montes, Juan Antonio. Distancias. Puerto Rico: Ediciones del Sagrado Corazón, 1957.
CORRETJER Montes, Juan Antonio. Distancias. Puerto Rico: Ediciones del Sagrado Corazón, 1957.

Para mi buen amigo Vicente Lombardo Toledano, estos recuerdos carcelarios. Afectuosamente,  Juan Antonio Corretjer. Guaynabo / 57 (1957).

CORRETJER Montes, Juan Antonio. La Lucha por la Independencia de Puerto Rico. San Juan, Puerto Rico: Unión del Pueblo Pro Constituyente, 1949.
CORRETJER Montes, Juan Antonio. La Lucha por la Independencia de Puerto Rico. San Juan, Puerto Rico: Unión del Pueblo Pro Constituyente, 1949.

Al querido compañero Vicente Lombardo Toledano, afectuosamente, Juan Antonio Corretjer. Guaynabo, Puerto Rico, a 7 de diciembre de 1949.

CORRETJER Montes, Juan Antonio. La revolución de Lares. San Juan de Puerto Rico: Bohique, 1945.
CORRETJER Montes, Juan Antonio. La revolución de Lares. San Juan de Puerto Rico: Bohique, 1945.

A mi querido amigo y compañero Vicente Lombardo Toledano, recuerdo de Juan Antonio Corretjer. 1947.

Obras ubicadas en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” en la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

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Poemarios

  • Agüeybaná (1932).
  • Ulises (1933).
  • Los primeros años y El Cantar Épico de Puerto Rico (1950)
  • Tierra nativa (1951).
  • Alabanza en la Torre de Ciales (1953);
  • Contestación al Miedo (1954).
  • Don Diego en el cariño (1956).
  • Distancias” y “Yerba bruja (1957).
  • Genio y figura (1961).
  • Pausa para el amor (1967).
  • Construcción del Sur (1972).
  • Aguinaldo escarlata (1973).
  • Para que los pueblos canten (1974).
  • Día antes (1975).
  • La noche de San Pedro (1976).
  • Paso a Venezuela (1977).

Ensayos

  • El buen borincano (1945).
  • Lloréns: juicio histórico (1946).
  • Nuestra bandera (1947).
  • La lucha por la Independencia de Puerto Rico (1949).
  • Albizu Campos: hombre histórico” (1966).
  • Las banderas de la Independencia y La historia que gritó en Lares (1970).
  • El líder de la desesperación (1972).
  • Semblanza polémica de Pedro Albizu Campos (1973).
  • La patria radical (1975).
  • Problema de la Guerra Popular en Puerto Rico (1977).
  • La patria radical, edición ampliada (1978).
  • El voto presidencial y Vieques y la lucha por la Independencia (1980).

Conferencias

  • El sufragio es una mentira” (1976).
  • De Betances a Lenin” (1977).
  • Corretjer en la ONU”.
  • El espíritu de Lares” y “Fusilamiento en Maravilla” (1978).
  • Asesinato en Tallahasse” (1979).
  • Entre rayos y centellas” (1981).

Musicalización de sus obras

  • Oubao-Moin.
  • Inriri Cabuvial.
  • El hijo.
  • Andando la noche sola.
  • Día antes.
  • En la vida todo es ir.
  • Distancias.
  • Ahora me despido.
  • Alabanza en la torre de Ciales.
  • Aviso a Idalia.
  • Cadenas para liberar a mi abuelo.
  • Canción del hombre preciso.
  • Cosas del oficio.
  • De Ciales soy.
  • Dies Irae.
  • Distancias.
  • El alambiquero.
  • Gozo del jíbaro amor.
  • Pasodoble de Guánica.
  • Pero a pesar de todo.
  • Poema para otro aniversario.
  • Presa color de acecho.
  • Son cimarrón para Adolfina Villanueva.
  • Tierra de mi corazón.
  • Trova mayor para un valiente.
  • Trova mayor para una valiente.
  • Trova tenaz para un abuelo que no vi.
  • Tu nombre es como un aroma.
  • Una espada para Betances.

Artículo escrito por el Doctorando Josep Francesc Sanmartín Cava, en colaboración con los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.


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