Filosóficamente hablando, en la filosofía contemporánea el naturalismo no es una doctrina metafísica. No vivimos más en el mundo de Spinoza o Diderot. No vivimos más en un mundo donde el naturalismo fue un sinónimo del ateísmo y el materialismo. El naturalismo contemporáneo es más una doctrina metodológica que una doctrina ontológica. Su núcleo central es el postulado heurístico que dice que no hay un límite a priori para las explicaciones naturalistas. Por “explicación naturalista”, los modernos filósofos naturalistas se refieren a una explicación que cuente con la ayuda de la más eficiente forma de conocimiento que tenemos hoy a nuestra disposición, una forma de conocimiento inspirada por los métodos y conceptos de la ciencias naturales: la física, la química, la biología. Ser un naturalista hoy significa que uno se adhiere a la idea de que todo lo que existe, incluyendo los estados mentales y los fenómenos sociales, son accesibles a la investigación empírica y a la explicación, no sólo a la interpretación.
Tal actitud metodológica es compatible con doctrinas metafísicas tales como el ateísmo y el materialismo, sin embargo, no necesariamente hay una relación entre el naturalismo metodológico y el metafísico. El naturalismo metodológico es la convicción de que las ciencias humanas y la filosofía deben confiar más de lo que lo hacen en las teorías y métodos de las ciencias naturales para resolver sus propios problemas. Esta es obviamente una preferencia cognitiva, pero también es un asunto empírico. El naturalismo metodológico no es bueno en sí mismo. Es una preferencia heurística que debe ser juzgada sobre la base de sus éxitos empíricos. Esta es la manera, creo, de evaluar apropiadamente los estudios actuales sobre la evolución cultural.
Artículo completo de Jean Gayon.
Tomado de la revista Ludus Vitalis, vol. XIII, num. 23: 139-150, 2005, en idioma inglés, con el título: Cultural evolution: A general appraisal, escrito por Jean Gayon, Universidad de Paris I, Sorbonne.